En las plazas de mercado y grandes centros de abastecimiento existen “puestos” de trabajo que son cruciales para el desarrollo cotidiano de las labores de comercio de los productos agrícolas, el cargue y descargue de los camiones o llevar bultos de un puesto a otro es tarea de un grupo de hombres que se mueven como hormigas en una colonia.
Por: Andrés A. Gómez Martín.
Cuando los tomates, las papayas o la cebolla están en la cocina listos para ser preparados, no imaginamos el gran esfuerzo que decenas de personas han depositado en una gran cadena de transporte y alistamiento de los productos. Desde que son cultivados y empacados en los bultos con destino a las plazas de mercado, el descargue y la puesta en venta, involucran a una serie de personas que trabajan a destajo por varias horas.
Los coteros hacen parte de esa cadena, el trabajo que realizan es simple pero de un esfuerzo enorme, cargar o descargar los camiones que vienen del campo, el turno inicia sobre la media noche, a esa llegan cientos de tractomulas, sencillos y pequeños furgones con la comida del día. Los coteros están allí listos, con un trapo en el hombro, apenas han tomado un tinto con dos o tres panes aliñados.
Según datos del Departamento Nacional de estadística, el trabajo informal creció en Colombia al mismo ritmo del trabajo formal, 4.4 por ciento al mes de enero de este año, es decir 415 mil empleos.
Una tractomula con una carga de papa puede representar unos centavos, el cotero negocia con el transportador o con el dueño de la carga, cobrará en promedio 200 pesos por bulto descargado, es momento de correr, si descarga al menos cien bultos de esta tractomula podrá ganar 20 mil pesos, así que antes de las 6 de la mañana el cotero tendrá que trabajar en al menos tres camiones para poder ganar como máximo 60 mil pesos.