Por Alejandra Paredes
Esta es la historia de vida de una Campesina llamada Alieth Ortiz, Nacida en la Vereda de la Sabana a quince minutos de Villadeleyva, donde se crío y aprendió de su tradición cultural conocida como tejido artesanal proveniente de los Muiscas. A sus tres años de edad esquilaba ovejas con su abuela y cuidaba su rebaño de 60 ovejas. Todos los días le asignaban una tarea diferente. Los primeros días le tocaba dormir junto al rebaño y permanecer atenta a cualquier situación que ocurriera. La semana siguiente tuvo una tarea diferente y fue esquilar su primera oveja, al contar este día dice: “ lo recuerdo como si hubiera sido ayer” pues fue una de las experiencias más increíbles que ha tenido y tiene en su vida. Todo comenzó con una oveja que era más grande que ella, pues la pequeña Campesina apenas tenia tres años de edad y era “una niña chiquita comparada con esta enorme oveja”, cuenta ella.
Su abuela le mostró cómo hacerlo y le enseñó el oficio paso por paso. Alieth fue tan buena que su abuela le dijo que nació para tejer artesanalmente, pues tenía un don que día explotar con los años. Las madrugadas para ésta campesina eran esquilando ovejas y arreglando su lana. Mientras que las tardes eran para cuidar su rebaño y apreciar los hermosos paisajes que tiene su Sabana. Tanto así, que con el pasar de los años, esta Campesina plasmó sus paisajes en una idea. Se levantó una mañana y le pregunto a su abuela por qué no representar en los tejidos de lana lo que ella siempre había llevado en sus recuerdos y en su corazón. La abuela la miró asombrada y le preguntó a qué se refería. Ella, segura de lo que quería, le dijo iría a comprar unas tintas e intentaría plasmar lo que su corazón y su mente sentían.
La joven Campesina se fue a su taller y comenzó a mezclar tintas sobre la lana, plasmando así los paisajes y atardeceres que veía cuando era una niña y cuidaba sus ovejas. Al pasar la tarde, regresó a su casa donde su abuela estaba tejiendo y le mostró su obra de arte, su nueva creación. Al verlo, su abuela no lo creía, pues reflejaba su hermosa sabana en una ruana, que es de los productos más significativos de la región de Boyacá.
La campesina creativa de la que todos comenzaron hablar en el pueblo se convirtió en una mujer reconocida por su amabilidad, su innovación y su entrega en los tejidos artesanales. Esta Campesina emprendedora decidió crecer y salir adelante, pues es madre cabeza de familia. Su idea fue poner un local dentro de la plaza de Villadeleyva y vender ahí sus artesanías donde maneja: ruanas, sacos, chaquetas, abrigos, bufandas, guantes, sombreros, y botas entre otras cosas. Todo lo que ella vende es creado y hecho por ella, pues tiene su diseño y marca propia llamada Alieth Tejidos Artesanales.
Esta increíble mujer tiene una fundación de 35 campesinas tejedoras de lana oriundas de la región, las cuales se encargan de visitar veredas, fincas, y regiones aledañas con el fin de fomentar la tradición cultural de esquilar ovejas, y tejer su lana, para jamás perder este crecimiento Campesino que lleva años de tradición.
Alieth es una campesina que ha pasado por una vida difícil, pues la escasez de trabajo, de comida y de dinero la ha llevado a sentirse sola e infeliz en algunos momentos. Pero así mismo la ha llenado de valor y de fuerza para luchar por sus hijas y salir adelante, pues las capacidades y el amor que tiene por su oficio son las que hacen día a día que esta campesina sea una mejor persona, y un increíble ejemplo de vida.
Por otro lado algunos campesinos de la Vereda de la Sabana, han ido implementando y desarrollando nuevos productos, pues ya existen ocho locales dentro de la Plaza de Villadeleyva- Boyacá, donde campesinas oriundas de la región venden sus tejidos con su propio sello artístico, con el fin de mostrar su diseño y su manera de tejer sus productos artesanales. Ellas no cuentan con apoyo del Gobierno, pues las tienen olvidadas, el apoyo campesino es el que las ha hecho crecer, pues entre ellas venden en locales de campesinas conocidas o simplemente ponen en su propia casa del pueblo un puesto en donde exhibir y vender sus creaciones artesanales.
El proceso de la lana no es tan fácil como parece, pues principalmente se debe contar con un buen rebaño, luego se debe manejar una buena alimentación y un buen cuidado en las ovejas, con el fin de que estas den una excelente lana.
Las ovejas, al ser esquiladas, deben saberse cortar y así mismo debe manejarse una excelente limpieza de la lana para que ésta obtenga un color y una textura como la de un algodón y al ser tejida no pique.
A las ovejas les tarda en crecer su pelo entre el año y año y medio, mientras ellas vuelven a lanar lo suficiente para poder retirarles de nuevo su pelaje.
El tejido puede durar haciéndose entre los 3 meses a 4 dependiendo el producto pedido o deseado, así mismo el secado de la lana y el lavado tiene un proceso de otros largo meses, por ello estas campesinas deben contar con un buen rebaño para, a lo largo del año, estar en constante trabajo y no quedarse varadas por cualquier circunstancia. Este proceso lo hacen varias de las mujeres de la región día a día, para lograr así crear sus productos y poder venderlos en sus diferentes locales para obtener su sustento diario.
Ésta es una de las miles de historias que Villadeleyva y sus veredas aledañas tiene por contar, pero es una de las historias más cercanas que he tenido pues me tocó el corazón, y la admiración que tengo por esta gran campesina es enorme, puesto que ha sido una guerrera que ha estado en una constante lucha por no quedarse en su finca, desaprovechando del don y las oportunidades que su tradición le ha brindado, sino se ha puesto metas, que día a día ha ido cumpliendo por sus propios medios.