En el marco de la COP16 en Cali, los campesinos de Colombia tomaron un espacio histórico en las negociaciones, exigiendo ser reconocidos como actores fundamentales en la protección del medio ambiente, a la par de comunidades indígenas y afrodescendientes. Su presencia en esta cumbre global representó años de lucha por visibilidad y respeto hacia su labor esencial en la sociedad.
Durante las negociaciones en la zona azul de la COP16, acompañamos a la vicecanciller de Colombia, Kandya Gisella Obezo Casseres, quien compartió el diálogo con delegados campesinos que demandaban quedar oficialmente referenciados como sujetos importantes en la preservación de la biodiversidad. Aunque el campesinado colombiano representa a cerca de 14 millones de personas, su rol sigue siendo invisibilizado en las políticas ambientales y sociales, y aún queda mucho por hacer para reivindicar su aporte a la sostenibilidad.
Desde el 2023, los campesinos fueron reconocidos como sujetos de especial protección, avanzando en un reconocimiento que hasta entonces les había sido negado. En esta ocasión, cinco delegados campesinos participaron activamente en la mesa de negociación de la COP16, expresando con orgullo su rol en el cuidado de la biodiversidad. Entre ellos, Piedad Guzmán Lamprea, líder de la iniciativa Trenzadas Somos Más y vocera nacional de mujeres campesinas, y el señor Tamayo, de la Asociación Nacional de Firmantes de Paz, compartieron las luchas y desafíos que han enfrentado para lograr este reconocimiento. Ambos reflejaban esperanza y alegría por estar en un momento histórico en el que pueden definir su futuro y contribuir a un mejor mañana para todos.
En el noveno día de deliberaciones, las mesas de trabajo afinaban los documentos que reconocen la labor de los pueblos afrodescendientes en la conservación ambiental. Sin embargo, aunque el reconocimiento estaba avanzando para estos pueblos, aún faltaba incluir formalmente a los campesinos como guardianes del territorio y actores indispensables en la conservación de los ecosistemas.
El campesinado colombiano ha demostrado una nobleza ejemplar: a pesar de la deuda histórica que la sociedad tiene con ellos, continúan brindando su labor diaria, produciendo los alimentos que sostienen a gran parte del país. Reconocen la importancia de este evento y las reflexiones globales que en él se generan, entendiendo que solo a través del trabajo colaborativo se podrán abordar las problemáticas ambientales que afectan a toda la humanidad.
Hoy, el campesinado colombiano ha dado un paso adelante, siendo reconocido a nivel internacional, junto a comunidades afrodescendientes e indígenas, como un actor esencial en la protección de la biodiversidad. Este momento histórico representa una conquista para un sector que durante décadas ha sido olvidado, pero que ahora se perfila como un pilar fundamental en la construcción de un futuro sostenible para todos.
Por: Mauricio Sánchez Aristizábal
Editor: Natalia Garavito