«Soy Sandra Gonzalez Sanabria, tengo 40 años de edad; nací en la ciudad de Neiva en el departamento del Huila, pero me crié en la inspección de Balsillas en Caquetá; allí viví con mis padres y familiares. Con tan solo 15 años de edad ingresé a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – FARC, por la difícil situación económica de mi casa; pero también por los altos índices de la violencia y desplazamiento que se presentaba en la zona de reserva campesina en los años 90 y en el 2000.
Duré 20 años en la organización, donde fui llamada Betsy Ruiz. Me siento muy orgullosa de haber pertenecido a este grupo guerrillero, por la importancia que tenía la mujer dentro de la organización y por la confianza que me tuvieron los directivos en los roles que tuve que desarrollar en mi permanencia en la resistencia. Donde me desempeñe como enfermera y bacterióloga en varias unidades del grupo guerrillero, en algún tiempo también me desempeñe en el área comunicaciones dentro de la organización.
Desde el año 2016, fecha en que formalmente inició el proceso de reincorporación a la vida civil de la población excombatiente, me radique en la vereda Agua Bonita (municipio de La Montañita) lugar seleccionado por el frente tercero, catorce y quince para desarrollar su proceso de reincorporación a la sociedad.
En ese momento, inicie mi vida como Sandra González Sanabria, aunque todos me siguen llamando Betsy Ruiz; hice mi proceso de cedulación, inicie mi formación académica con el programa Arando la Educación, donde inicie desde el décimo grado, hasta culminar mi secundaria en el año 2018. También, realice formaciones complementarias para desarrollar mi perfil ocupacional. En la actualidad terminé un técnico en Regencia de farmacia y estoy próxima a iniciar el tecnólogo en esta disciplina con la Cruz Roja Colombiana».
Una estudiante y ser humano ejemplar
Betsy es una de mis estudiantes en las Escuelas Digitales Campesinas – EDC del proyecto Mujer Mestiza, Indígena y Afrodescendiente – MIA, del Fondo Europeo para la Paz de la Unión Europea. Es precisamente a través de este proyecto donde queremos que mujeres excombatientes y rurales tengan la oportunidad de contar sus historias. Estos relatos se convierten en testimonios de vida y pueden ayudar a que el estigma de la población de excombatientes disminuya y se visibilice el trabajo que realizan para construir paz.
Por esto, quiero mencionar todos los logros que Betsy ha conseguido. Desde el año 2016, ella hace parte del equipo de trabajo que lidera todo el tema de género y diversidad en el antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación – ETCR de Agua Bonita, hoy centro poblado, Hector Ramírez. También ha participado en diferentes escenarios del proceso de paz desde el rol de líder y directiva; siempre defendiendo los intereses de las familias rurales. Por otro lado, fue candidata del partido FARC y el colectivo Héctor Ramírez al concejo del Municipio de La Montañita en las elecciones pasadas.
En el año 2020 acompañó la creación y formalización de una asociación de mujeres en el municipio de La Montañita llamada ASOPROPAZ (Asociación de Mujeres Productoras de Esencias de Paz), la cual tienen como visión producir, transformar y comercializar artículos a base de esencias de plantas medicinales.
En la actualidad, se desempeña como líder comunitaria, desarrollando proyectos con mujeres en la línea de confecciones y artesanías a partir de material reciclable; está convencida que el trabajo comunitario, es la base esencial para la construcción de paz desde el territorio. Para Betsy el proceso de organización es muy importante porque genera unos retos y acciones para trabajar a futuro, por esta razón, todos los proyectos que se desarrollen en el sector rural deben tener un componente comunitario para conocer las necesidades y las prioridades que tienen las comunidades en el sector rural.
En el marco del proyecto MIA, Sandra Gonzalez o Betsy, es una de las mujeres más activas y participativas del antiguo ETCR Agua Bonita, ella considera que el proyecto en los antiguos espacios territoriales es un proceso muy bonito, que busca fortalecer a las mujeres reincorporadas y de la comunidad rural aledaña. Ella al igual que otras mujeres de la zona, ya han realizado los cursos de las EDC en Alfabetización Digital, Asociatividad y Emprendimiento, Mi proyecto de vida en el Campo y Liderazgo Comunitario. Hoy cuentan con sus certificaciones y aplican los conocimientos aprendidos en el proyecto MIA en sus respectivas familias y territorios.
Por: Anyela Patricia Cardozo. Facilitadora educativa del proyecto MIA en Caquetá y Chocó.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.