El uso de Micorriza Arbuscular podría aumentar la producción del tubérculo, ya que según la investigadora Alia Rodríguez del Grupo de Biotecnología de Micorrizas Arbusculares de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), este hongo ayuda a la obtención de nutrientes y micronutrientes del suelo como fósforo o nitrógeno, que aportan a la formación de la raíz, frutos, flores y hojas fuertes.
“Lo que se conoce por experimentos previos es que cuando se introduce el hongo en una planta, en condiciones controladas, se tiene un aumento de crecimiento comparado con una planta que no tiene el hongo”, comenta la investigadora Rodríguez.
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El equipo de la UNAL utilizó la especie de Micorriza Arbuscular llamada Rhizophagus irregularis, para ver si era posible que su presencia en cultivo ayudara a producir más yuca. Es importante mencionar que en Hongos Formadores de Micorrizas Arbusculares (HFMA) se encontraron dos grandes grupos: los que tienen la misma información genética y los que poseen al menos dos tipos de información genética.
Gracias al vínculo académico existente entre la UNAL y la Universidad de Lausana (Suiza), se realizó un experimento con HFMA de dos tipos de información genética, que fueron desarrollados y sembrados en arroz para evidenciar y evaluar los resultados; la diferencia fue notable, ya que el sembradío de arroz produjo más materia orgánica en comparación con los que no se trataron con el hongo.
Debido a los resultados favorables del experimento, el grupo de investigación de Suiza desarrolla nuevas líneas de esos hongos para enviar las mejores muestras a la empresa Symbiom de República Checa, para que se produzcan más; esa producción llega al equipo de investigación de la UNAL para ser probado en cultivos de yuca en Casanare.
Prueba en África
Las pruebas se trasladaron África por ser el continente que más produce yuca a nivel mundial. Allí, se llevaron a cabo cuatro ensayos en Kenia y en Tanzania bajo el mismo modelo de producción desarrollado en Casanare; además, se probó con variedad local y una mejorada que el CIAT desarrolló para la región.
A pesar de que los resultados fueron favorables, no significa que todo un sembradío de yuca produzca la misma cantidad, por esta razón, la investigadora Rodríguez asegura que los próximos ensayos se realizarán para indagar cómo se comporta la el cultivo en términos competitivos por espacio y nutrientes cuando una planta está cerca a la otra.
Por consiguiente, si al revisar los resultados se encuentra una relación entre la las variaciones de los tipos de HFMA y el crecimiento de yuca, significaría que se pueden desarrollar técnicas que ayuden al aumento de la productividad, teniendo en cuenta que más allá de las cantidades que se puedan obtener de un producto, se deben diseñar y pensar estrategias hacia la producción agrícola sostenible.
Por: Isabella Durán Mejía. Periodista.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.
