Solo por mencionar una cifra, en el municipio de San Vicente del Caguán en el Caquetá, se deforestaron en el año 2018 un total de 19.652 hectáreas de selva, con el objetivo de ampliar la frontera establecida para la explotación ganadera.
La firma del acuerdo de Paz con las Farc, dejó al descubierto como este grupo armado fungió como autoridad ambiental durante décadas en esta zona. No cazar, no talar, no quemar, no arrojar basuras, respetar la temporada de veda particularmente en los peces, eran algunas de las normas impuestas a los campesinos; cuyo incumplimiento acarreaba sanciones económicas o de trabajo comunitario para sus infractores.
Pero, ante la imposibilidad del Estado colombiano de ejercer control en estos territorios, debido a su extensión, pero también a su debilidad en estas regiones, estas prácticas nuevamente se agudizan en estas zonas, particularmente durante los primeros meses del año. Ahora, la Amazonía sigue siendo víctima de la acción humana. La pobreza y marginación, pero también la ambición y la codicia, son las principales motivaciones de esos pequeños, pero también grandes grupos de deforestadores que se ensañan con la selva.
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En días pasados, la Alcaldía del municipio expidió un decreto municipal con el fin de ponerle freno a la deforestación. Este decreto insta a los presidentes de las Juntas de Acción Comunal de las veredas del municipio a sancionar a las personas que incurran en el delito de “deforestación” o incendios forestales, y abstenerse de afiliarlas. Si lo hacen, se cancelará la personería jurídica de la JAC que afilie personas deforestadoras, se les dejará de rotar fondos desde la Alcaldía municipal y se le negará el estatus de vereda si así lo están solicitando. Esta iniciativa de carácter gubernamental, reconoce el poder y la importancia de las Juntas de Acción Comunal, particularmente en los territorios rurales de nuestro país, y a su vez, marca la hoja de ruta que se debe seguir para conservar nuestro territorio.
Es responsabilidad de todos los ciudadanos y las diferentes instituciones, acompañar la implementación de este decreto. Debemos acompañar a los dignatarios de las Juntas de Acción Comunal, para que entiendan la importancia y la responsabilidad que les endilgan, pero, sobre todo; educar y concientizar a las nuevas y viejas generaciones, para que entendamos que el cuidado del medio ambiente no es solo un tema normativo, sino de respeto por todos los seres vivos y por nuestra madre naturaleza.
Invitamos a todos nuestros lectores a acompañar y no perder de vista esta iniciativa. Hagamos que estos meses sean de cero quema y talas de bosques y permitamos conservación de los recursos naturales.
Por: Oscar Mauricio Santiago. Facilitador proyecto MIA en Caquetá.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.