Teniendo en cuenta los efectos cada vez más evidentes del cambio climático, resulta indispensable la búsqueda de alternativas amigables con el medio ambiente, y aunque esto representa un proceso complicado en cuanto a repensar las formas de vida actuales, poco a poco han venido surgiendo nuevas apuestas.
En el caso de la construcción, la mayoría de los materiales que tradicionalmente se utilizan tiene un impacto negativo en los suelos, el aire y el agua. Sin embargo, gracias a una investigación realizada por Claudia Patricia Rodríguez Hidalgo, magíster en Ingeniería de Materiales y Procesos de la Universidad Nacional, Sede Medellín; se encontró una forma de minimizar en un 15% y 30 % las emisiones de CO2 producidas por el cemento.
Le puede interesar: Un instrumento para optimizar el uso de la luz solar en las construcciones rurales
La investigadora estudió la posibilidad de reemplazar una parte del clinker, principal componente del cemento, por una mezcla de arcilla calcinada y caliza, garantizando así un producto más sostenible e igual de resistente. Resultado que halló empleando dos arcillas de bajo grado con la caolinita como el mineral representativo en su composición.
Cabe mencionar que, de las mezclas se evaluó además de la resistencia a la compresión, la manejabilidad, el endurecimiento en tiempos razonables y la durabilidad. Respecto a este último aspecto, se encontró que el cemento con arcilla cuenta con una red de poros más fina que evita que agentes dañinos entren, haciendo que sea un material más perdurable.
Por: Karina Porras Niño. Periodista.