En un país que ha sido golpeado por el desplazamiento de comunidades indígenas, afro y campesinas, aún se puede levantar la mirada hacia nuevas oportunidades, gracias a lugares que realizan acciones en busca de mejorar las condiciones de vida de la población infantil, haciendo énfasis, en dar conocimiento y herramientas que ayuden a la construcción de un presente estable y un futuro diferente.
Tena, Cundinamarca, es un municipio a 66 km de la capital de Colombia y es allí, donde 150 niños y adolescentes se despiertan antes del alba para dar inicio a sus actividades diarias en el Centro Educativo en el que la Fundación Formemos recibe a niños y niñas que son víctimas del conflicto armado, causa del desplazamiento al que ellos y sus familias se han tenido que someter.
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Desde hace 27 años en este lugar, además de recibir formación académica, se les brinda protección y acompañamiento en los hogares construidos junto al Centro educativo, en donde los lazos de convivencia, valores, resolución de conflictos y trabajo en equipo tienen gran importancia.
Entre cafetales, granja y senderos ecológicos “damos la oportunidad de formarse como emprendedores rurales para que no se vean obligados a migrar a las ciudades en busca de oportunidades laborales”, Fundación Formemos.
Por: Vannessa Jiménez. Fotógrafa Documental.