Diferentes generaciones han pasado por La Ciudadela Amazónica Don Bosco, una institución que nació en 1994 para brindar educación al campo caqueteño. Sus inicios empezaron como un instituto de bachillerato de campesinos del departamento, y desde 2014, se convirtió en un centro educativo que forma jóvenes campesinos en técnico laboral en agropecuaria y transformación de alimentos, siendo así un instituto técnico para el trabajo.
Desde 1994 cada paso alcanzado se dio gracias a los padres salesianos del Vicariato Apostólico de San Vicente del Caguán, hoy Diócesis, especialmente de Carlos Julio Aponte, quien trabajó hasta el año 2012. Luego la rectoría de La Ciudadela pasa a manos de la hermana Blanca Rubiela Orozco, misionera de La Consolata, una mujer que se ha destacado por su dedicación diaria de mantener el bienestar de los estudiantes.
Una celebración inolvidable para las bodas de plata de La Ciudadela
El regalo de los 25 años de La Ciudadela fue la inauguración de su primer auditorio, un gran espacio lleno de luz que acogió a todos los invitados que se unían en esta especial celebración. El proyecto del auditorio fue un hecho gracias al Fondo Europeo para la Paz de la Unión Europea, la Conferencia Episcopal Italiana – CEI, la Agencia Alemana de Cooperación Internacional – GIZ, Fundación Bolívar Davivienda, la Alcaldía y la Diócesis de San Vicente del Caguán, Acción Cultural Popular – ACPO y CorpoManigua.
En el acto de celebración el alcalde de San Vicente del Caguán, el ingeniero Humberto Sánchez, condecoró a la hermana Rubiela Orozco por su trabajo de ocho años, el cual ha permitido el crecimiento notorio de La Ciudadela. Hoy la hermana Rubiela tiene el sueño que la Ciudadela se convierta en la universidad del campo.
“La Ciudadela es un sueño y yo pienso que los paisas soñamos y seguimos soñando, y yo desde que llegué a este hermoso proyecto de San Vicente del Caguán lo asumí como algo verdaderamente especial. El anhelo más grande que hay en mi corazón, es que esta sea la universidad del campo, con carreras de formación de docentes para el campo, para el cuidado ecológico de nuestra casa común. Yo sé que vamos a encontrar la manera que este sueño se haga realidad”, dice la hermana Rubiela Orozco, rectora de La Ciudadela.
Para Lina Sánchez, estudiante de 18 años de La Ciudadela, La Ciudadela representa esperanza para la educación de los jóvenes rurales y se siente orgullosa de haber obtenido una beca y estar allí.
“Yo empecé a estudiar en julio y ha sido realmente una experiencia maravillosa, ser parte de la educación laboral e integral en La Ciudadela. Los jóvenes tenemos retos en la vida y necesitamos prepararnos para salir adelante y construir un proyecto de vida donde podamos cumplir nuestros sueños” dice Lina Paola Sánchez, estudiante de la Ciudadela.
En el evento también se realizó la entrega de la revista de los 25 años de La Ciudadela, la cual recopila todo el trabajo realizado tanto por la institución, como de las entidades aliadas en el departamento del Caquetá; un ejemplar que fue compartido con todos los invitados a esta valiosa celebración.
Más becas, más historias de vida felices en el futuro de La Ciudadela
Los estudiantes que ingresan a La Ciudadela lo logran a través de una beca que cubre todos los gastos de alimentación, estadía, transportes y una educación de calidad; cada beca equivale a un valor de diez millones de pesos por un año. Estás son entregadas a los jóvenes rurales que anhelan estudiar y se encuentran en zonas remotas del departamento.
Cada beca ha sido financiada por el Fondo Europeo para la Paz de la Unión Europea con su proyecto Amazonía Joven, la Conferencia Episcopal Italiana, la Agencia Alemana de Cooperación Internacional – GIZ y apoyadas por la Diócesis de San Vicente del Caguán, Fundación Bolívar Davivienda, CorpoManigua y Acción Cultural Popular – ACPO.
Próximamente, se dará bienvenida a 15 mujeres en proceso de reincorporacion que hoy le apuestan al emprendimiento y a la educación, serán ellas quienes hagan crecer la familia de la Ciudadela Juvenil Amazónica Don Bosco y las futuras generaciones de graduados. Por otro lado, la hermana Rubiela Orozco, invita a todas las organizaciones y empresas a ser parte del sueño de cientos de jóvenes rurales del Caquetá a través del acceso a una educación de calidad, brindada desde una beca.
Por: Daimer Fernando Losada Bermeo. Periodista.