En Mongua, Boyacá, están viviendo una nueva experiencia de desarrollo comunitario en la que 52 familias asociadas han hecho un proceso de transformación de la agricultura, consiguiendo hasta la fecha que 40% de sus asociados tengan huertas biodiversas con más de 70 especies alimenticias diferentes por finca.
En ello se han incorporado diversas técnicas y estrategias para cosecha y uso eficiente del agua, además de alternativas de producción que permitan sostener una seguridad alimentaria de la mano de la biodiversidad, quedando excedentes para el sostenimiento de un mercado orgánico campesino.
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El rescate de las semillas nativas
Hace 30 años las hermanas María de los Ángeles y Teofila se radicaron en el centro de Mongua, después de adecuar una parcela para su propia alimentación, se dieron a la tarea de recuperar las semillas de sus antepasados como la lenteja, quinua, frijol, maíz, ruba, ibia, nabo y papa es lo que germina del suelo fértil del invernadero que tienen hoy por hoy en su hogar.
Actualmente, estos alimentos los venden a sus vecinos y se distribuyen en diferentes mercados de la región, creando huertas sostenibles en la región.
Un modelo que se reproduce
Por otra parte, desde la Asociación Integral Campesina – TDS, que agremia a campesinos de las veredas Tunjuelo, Dinta y San Ignacio, se está trabajando en equipo, empeñados en cuidar las fuentes de agua a través de jornadas de reforestación, de cercado y de un adecuado manejo de los desechos, para combatir el cambio climático.
Un mercado responsable
Los campesinos cuentan con un asesor agroecológico de la Asociación, ya que este no es un mercado común, pues la estrategia implementada ha conducido a reducir la brecha entre productores y consumidores.
Todo empieza desde la planeación de los cultivos. Se prevé la demanda y se organizan las labranzas de acuerdo con los ciclos productivos de cada planta. Lo primero es asegurar la alimentación de las familias productoras y luego lo que se destina a los compradores.
Un programa que adapta y mitiga
Las asociaciones de Mongua y Gámeza realizan sus actividades a partir de varias estrategias de desarrollo sostenible que incluyen labores agroecológicas y pecuarias amigables con el ambiente, y de conservación de las corrientes de agua que circulan por las cuencas de los ríos Leonera y Saza.
Habitantes de la región se declaran optimistas, los habitantes de esta región comprenden que las acciones de mitigación frente al cambio climático están directamente relacionadas con la conservación del páramo. La esperanza de estas comunidades es que los gobernantes también lo entiendan y orienten las políticas de estado en la misma dirección.
Por: Claudia Patricia Barón. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.
que grato es reconocer y valorar las diferentes actividades de estas familias que van generando conciencia, valor por el trabajo y apoyo comunitario. sigan con esa gran labor que día a día se ven los frutos. Felicidades¡¡¡¡