De acuerdo a un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo – OIT titulado “Trabajar en un planeta más caliente: el impacto del estrés térmico en la productividad laboral y el trabajo decente”, al revisar los efectos del calentamiento global se evidencia una gran disminución en la productividad laboral del planeta, la cual sería equivalente a unos 80 millones de puestos de trabajo de tiempo completo.
Las previsiones sobre el clima apuntan hacia un aumento en la frecuencia y la intensidad de los episodios climáticos extremos, y una de las consecuencias de esta tendencia es la pérdida de puestos de trabajo y productividad, pues el aumento en las temperaturas mundiales causadas por el cambio climático convertirá el “estrés térmico” en un fenómeno habitual.
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Este tipo de estrés se refiere a un exceso de calor en el cuerpo superior a los niveles que este puede tolerar, por lo que la productividad laboral disminuye cuando la temperatura supera los 24 a 26 °C. De acuerdo al informe, en 2030 el estrés térmico inducirá una reducción del 2,2% en el número total de horas de trabajo en el mundo. Por otra parte, se prevé que los trabajadores agrícolas y de la construcción sean los más perjudicados, con un 60 y un 19% respectivamente.
Este tipo de estrés se manifiesta con mayor gravedad en aquellas labores que requieren estar al aire libre soportando las altas temperaturas, como es el caso de agricultores, pescadores, ganaderos, entre otros. Si se desea cumplir con los objetivos de la agenda 2030 es necesario sumar esfuerzos, para que los trabajadores y las empresas puedan hacer frente al estrés térmico, para ello se requieren no solo políticas adecuadas e inversiones en tecnología, sino planes que le apuesten a la sostenibilidad.
Por: Claudia Patricia Barón. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.