Pensar en la riqueza cultural de Colombia implica referirse a cada una de sus regiones y todo lo que las constituye, es decir a los distintos saberes, creencias, tradiciones y luchas. Aspectos que históricamente han sido compartidos de generación en generación a través de elementos fundamentales como el canto y la música.
Es por esto que son tan importantes los espacios dedicados a rescatar y promover la música característica del país, especialmente los que trabajan en aquellas zonas rurales donde prevalece el amor por el territorio y en donde un instrumento musical se convierte en la herramienta para la construcción de realidades distintas en las que los sueños se hacen realidad.
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De Paipa para el mundo, el triunfo musical que enorgullece al país
Una manifestación de lo que significan estos espacios para el campo colombiano se refleja en el reciente triunfo de la Banda Sinfónica de Paipa, Boyacá. El cual recibieron en el Certamen Internacional de Bandas de Música de Valencia, España, un concurso que lleva 132 años contribuyendo a la difusión de la mejor música bandástica del mundo.
La banda constituida por 57 músicos de 10 a 35 años de edad, viajó el pasado 15 de julio a España para demostrar todo su potencial y competir en la categoría Sección C contra 6 bandas más de otros continentes, siento la Banda Sinfónica de Paipa la única latinoamericana. El gran logro fue el primer puesto como Mejor Banda de su categoría con un total de 349 puntos, lo que la convierte en la primera agrupación colombiana en ganar este reconocimiento.
Fueron 3 las piezas que causaron miles de aplausos a su presentación, el pasodoble llamado Vuelva a Paipa fue la primera, Los últimos días de Troya, poema sinfónico que todas las bandas debían interpretar fue la segunda, y finalmente Suite Arrullo, una obra caribeña de cumbia, porro y fandango fue la que más emoción causó tanto a los músicos como al público.
Este triunfo es una invitación a todas las entidades de arte y cultura y a las comunidades en general para que apoyemos a los niños, niñas y jóvenes campesinos que quieren cambiar la realidad del país con música. Es necesario que recordemos nuestras raíces y nos apropiamos de la esencia colombiana escuchando con atención los sonidos que transmiten paz e invitan a trabajar unidos por un mundo mejor.
Por: Karina Porras Niño. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.