El jaguar (Panthera onca) es el felino más grande de América llegando a medir hasta 1,8 metros y a pesar entre 56 y 96 kilos. Es considerado una de las especies más hermosas e imponentes del mundo, pues históricamente se le ha relacionado con el poder, la fuerza y la grandeza; por lo que según el Fondo Mundial para la Naturaleza – WWF este animal es el símbolo de la Amazonía.
Para los pueblos indígenas de América, el jaguar representa la transmutación de los cuerpos y las almas, siendo el guía y protector de los chamanes y la especie dominante de la tierra. Además, al ser el principal depredador de su territorio contribuye al equilibrio de los ecosistemas amazónicos en tanto controla la población de las especies, indica el estado de conservación de los bosques y fuentes hídricas, y al ser una especie “sombrilla” utiliza una gran extensión protegiendo su entorno y toda la biodiversidad que lo habita.
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No obstante, es una especie que se encuentra en peligro de extinción a causa de acciones inconscientes del hombre como la deforestación, la caza ilegal, la pérdida de especies presa y la destrucción de su hábitat y corredores. Razones por las que en los últimos 100 años el jaguar ha perdido casi el 50% de su rango de distribución, siendo el Amazonas el espacio donde se ubica casi el 90% de su población.
Este último descubrimiento se logró gracias al trabajo conjunto de investigadores de WWF de Ecuador, Perú y Colombia, quienes entre 2018 y lo corrido del 2019 instalaron 129 cámaras trampa para determinar la ocupación y abundancia de esta especie en 3 áreas del Corredor Napo – Putumayo, es decir en la Reserva de Producción Faunística Cuyabeno, el Parque Nacional Gueppi – Sekime y el Territorio Indígena Predio Putumayo.
Con más de 64.7000 fotos a lo largo de 540 kilómetros cuadrados se estimó una densidad de 1.5 jaguares por cada 100 metros cuadrados y un aproximado de 2.000 en todo el corredor. Hallazgo que resulta de gran importancia para el diseño y ejecución de acciones que permitan la protección de esta especie y la restauración de su hábitat para garantizar la vida del jaguar y la preservación de todas las cosmovisiones ancestrales que lo rodean.
Por: Karina Porras Niño. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.