Un grupo de mujeres de la ciudad de Villavicencio se reunieron para hablar de sus dolores y transformarlos en sanación, para con ello, eliminar la etiqueta que llevaban como mujeres diferentes.
Desde sus culturas, creencias, costumbres, apegos de la llanura, asistieron mujeres del reguardo La Julia, de San Antonio, un barrio de Villavicencio, e indígenas de la comunidad La Madrid, todas ellas se dieron cita para reconocerse como iguales y sin estigmas que cargaban a diario por sus historias de vida.
Este proyecto, financiado por la Agencia de Cooperación Alemana GIZ e implementado y liderado por el Centro de Estudios Territorio y Ciudad, en compañía de cinco mujeres que creen en la paz, busca la reconciliación de las mujeres consigo mismas, para lograr que se encuentren con otras y se abracen en medio de la sororidad: amistad, solidaridad y apoyo entre mujeres.
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Esta iniciativa da paso a las nuevas YouTubers, mujeres campesinas e indígenas, que durante los últimos ocho meses recibieron formación en producción audiovisual para realizar videos que entremezclan historias de vida, consejos sobre la resolución de conflictos cotidianos y construcción de redes de apoyo.
El pasado 10 de mayo fue el lanzamiento del canal en Youtube, en el que ya se encuentran varias de sus producciones, una de ellas lleva el nombre de, el sueño hecho realidad de Martica, quien cuenta lo orgullosa que se siente de tener su propia siembra de café; además, explica cómo es el proceso desde la siembra hasta su distribución. Otro de los videos es un tutorial realizado por Claudia, mujer Indígena de la comunidad Madrid del Vaupés, en el que cuenta cómo hacer chicha de seje.
Este es solo el inicio de un proyecto que le apunta a la multiplicación en todos los rincones del país, para que, con esto, se visibilice el aporte de la mujer a la paz y a la construcción de un nuevo país.
Por: Claudia Patricia Barón. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.
