De acuerdo a Cómo Vamos Bogotá, un ejercicio ciudadano de monitoreo a los cambios de calidad de vida en la ciudad, menciona a medios de comunicación que el plan que se encarga de orientar y priorizar las inversiones en el territorio el Plan de Ordenamiento Territorial – POT, en su nueva propuesta de proyecto se encuentra un capítulo completo dedicado al trabajo por el desarrollo de las zonas rurales de Bogotá.
En este capítulo se expone una visión que apoye al campesino que habita en las localidades de la capital del país, zonas que resisten a la urbanización y que continúan contribuyendo al abastecimiento de alimentos de la región. Alfonso López, director de Ambiente y Ruralidad de la Secretaría de Planeación dice, “no queremos que la gente se vaya del territorio, queremos que tengan una opción de vida allí. Por eso, en este POT pasamos de una visión del desarrollo agropecuario a una visión más humana”.
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Para desarrollar esta propuesta se ha tenido en cuenta el número de la población rural que corresponde a 51.203 habitantes distribuidos en 122.000 hectáreas compartidas en 9 localidades; Sumapaz, Usme, Ciudad Bolívar, Usaquén, Santa Fe, San Cristóbal, Chapinero, Suba y Bosa. Dentro de los habitantes se encuentran pequeños empresarios agrícolas comunidades indígenas originarias de los Muiscas y hacendados en la producción de flores.
Gerencia para el desarrollo del POT y la unión de campo y ciudad
Ya se estableció la Gerencia de Planeación y Desarrollo Rural que se encargará de llevar seguimiento y control para el cumplimiento de los puntos centrales del POT y, de esta manera, garantizar estrategias ecoamigables para procesos de producción sostenibles. Por esto dentro de las estrategias se encuentra realizar cambios en las formas de cultivar de los campesinos y así obtener cosechas de calidad sin perjudicar el estado de fertilidad de la tierra.
Para Cómo Vamos Bogotá, es necesario ser muy cuidadosos con el desarrollo del POT, ya que se debe ganar la confianza de los campesinos con el propósito que vean las estrategias como herramientas que mejoraran su calidad de vida y no como una imposición. Por otro lado, López asegura que “para que los ciudadanos valoren y entiendan la ruralidad, es necesario que pueden llegar”, por eso se incluye estructuras ambientales como corredores ecológicos y de espacio público que podría conectar la ciudad y el campo.
Dentro del POT se manifiesta la zona arqueológica de la Hacienda del Carmen que se registra como área protegida, para Cómo Vamos Bogotá es necesario mantener esta área como total pero materializar proyectos en función de la pedagogía del lugar. Además para la conexión entre campo y ciudad se plantea potenciar los mercados campesinos para garantizar la economía de los habitantes rurales; además, se estaría incluyendo la figura de Zona de Reserva Campesina en la Capital del país.
Por: Daimer Fernando Losada Bermeo. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.