Ese el caso de la iniciativa del mercado campesino y cultural, donde, por medio de la instauración de un mini mercado en el parque principal, que se piensa seguir abriendo quincenalmente, se busca concientizar a las personas del pueblo para que compren los productos producidos localmente por los campesinos.
El municipio hoy en día no está preparado para esta clase de iniciativas, pero si no hay alguien que proponga y empiece a crear la necesidad de consumir lo propio, no habrá cabida para este proyecto en un futuro. Así pues, empezar era lo más necesario.
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También se encontraba un gran inconveniente con la comercialización de los productos locales que, por lo general, siempre necesitaron un intermediario para salir al mercado, de este modo, y con esta decisión de crear el mercado campesino y cultural, lo que se quiere es eliminar esos intermediarios y facilitarles la vida a los productores campesinos de San Carlos.
En esta idea se ve la oportunidad de crear una conciencia de autogestión del campesino, donde no se necesite de la institucionalidad para sacar adelante los propios emprendimientos, de esta manera es que se quiere romper con esa revictimización y así mostrarle a la comunidad que se puede ser autogestor de su propio cambio. Esto fue lo que afirmó Carolina, apicultora de Africolmenas, una empresa que produce miel en el municipio.
En este inicio de mercado se pudo contar con Andrés, un productor de café de la vereda El Chocó. Él lo comercializa tostado y molido con un tono suave, el cual le caracteriza bastante: café delicado y bien tratado.
También estuvo Jennifer, cocinera profesional, junto con su esposo, vendiendo pasteles producidos 100% con materia prima local y Blanca Valencia, una productora campesina de la vereda La Florida, ella fue la única que sacó productos como: cidra, plátano hartón, limones, huevos, pollo, colinos de plátano, arracacha, guineos, banano y hasta romero y ruda, todo esto cultivado por su propia mano, utilizando abono orgánico, sin fumigaciones ni intervenciones químicas de ningún estilo.
Blanca manifestó estar muy contenta por esta oportunidad de comercializar sus productos, y demostró que con la decisión de hacerse cargo de su tierra y trabajarla con cariño y dedicación, se puede pensar a mediano y corto plazo en unos campos sancarlitanos productivos, porque como la misma señora Blanca dijo: “todos los terrenos son productivos, no hay tierra mala sino mal cultivada y administrada”.
El proyecto, más que ser una propuesta para comercializar, busca forjar alianzas productivas para poner el campo a producir, enlazando los procesos de producción y venta, metiéndole el componente cultural (baile, música y teatro) haciendo de la idea algo más complejo y completo. Todo lo anterior con la intención de hacer crecer de manera creativa y asertiva el propósito de un mercado local, llamativo y sostenible en el tiempo.
Por: Arnobis Montoya. Habitante rural de San Carlos, Antioquia.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.
