Mi reflexión en estas líneas no tiene pretensiones de economista. Está basada en los comentarios de personas ilustradas y no ilustradas, en los del padre de familia y en los de quienes “pagaremos el pato”, por el incremento del IVA a los productos de la canasta familiar.
Se ha afirmado que el país tiene un déficit de 14 billones de pesos y que es necesario recaudarlos para que no se afecten planes y proyectos sociales del gobierno. ¿Qué son 14 billones de pesos? Es el número 14, seguido de doce ceros. Si se divide esa enorme cantidad por 3.100, que es lo que hoy nos vale un dólar, son, más o menos, $4.516 millones de dólares. Una cifra superior sólo en 16 millones de dólares a los sobrecostos de REFICAR, que denunció en su momento el Contralor General de la Nación. Si se hubieran controlado esos sobrecostos, el país estaría pensando en la solución de otros problemas graves y prioritarios.
Si se frenara la corrupción, esta maldición nacional, de allí saldrían sobradamente los recursos que requiere el país. La corrupción se roba 50 billones de pesos al año de acuerdo con la Contraloría. Molesta mucho que en el Congreso se haya tomado del pelo a los más de 12 millones de colombianos que dijimos sí en la consulta anticorrupción. Las propuestas de leyes para frenarla o están estancadas, o a punto de hundirse, o se han hundido ya o, sencillamente, no se han presentado. Se dice que ha habido desgreño y no existen los mensajes de urgencia que el presidente prometió enviar al Congreso.
¿De qué trata el Proyecto de Ley?
La propuesta incluye subirle el IVA a casi la totalidad de los alimentos y productos de la “canasta familiar”. Esto, ¿a quiénes afecta? Suben los precios de alimentos, bienes y servicios, fundamentales en las familias y, mírenlo bien, en el plan de alimentación escolar. Le puede interesar: Erosión del suelo afecta económicamente a campesinos de Choachí
Cuando a la gente se le encarece lo indispensable para vivir, se le toca el alma y duele mucho. Habrá que gastar más en lo que es indispensable para la vida. Por eso es tan impopular esta medida entre la gente. Con el hambre de la gente es muy peligroso jugar.
¿A quiénes favorece la Ley?
Se dice que, con la ley, se favorecen o no se afectan sectores económicos como los bancos y algunas empresas que apoyaron la campaña presidencial. Que deberían pagar IVA para contribuir a aliviar el déficit y para quitar sospechas de posible favorecimiento a financiadores de la campaña. He visto cómo se compara una bebida de naranja, llena de azúcares nocivos para la salud y que no paga IVA, con un bulto de naranjas que sí lo tiene que pagar. Esto causa rechazo.
Voces como las de un expresidente de la Corte Constitucional piden que el sector bancario pague IVA. Con ganancias de 6 o más billones de pesos semestrales y con la plata de los cuenta-habientes, los dueños de los bancos deberían contribuir. Tampoco se habla de subir el impuesto a los artículos de lujo, los autos costosos, la ropa de marca, las joyas, la venta de oro y, en general, los productos superfluos que sólo pueden adquirir quienes tienen con qué comprarlos y con qué pagar por ellos.
El gobierno afirma que no se pueden afectar con más impuestos las empresas y por eso les reduce los impuestos para que ofrezcan más puestos de trabajo, para que sean competitivas y puedan vender más lo que producen. ¿Es cierto esto?
Si los que trabajan tienen que pagar más por lo indispensable, ¿con qué van a comprar los productos no indispensables de las empresas? Estas, aunque podrían contratar más empleados, no podrán vender sus productos no indispensables en las familias, ya que no habrá dinero para comprarlos. Es un círculo vicioso que merece un análisis cuidadoso.
Los pensionados se verán afectados. La mayoría han tenido que trabajar toda la vida y ya pagaron sus impuestos para obtener sus pensiones. Las pensiones se otorgan a quienes ya han terminado su ciclo laboral y no encuentran empleo adicional. Con excepción de los que reciben mega-pensiones del Congreso o de puestos públicos, la vida de los pensionados, al contrario de mejorarse, se deteriora. Gravar las pensiones, atenta contra la calidad de vida de quienes ya no podrán mejorarla.
Una última reflexión
¿La devolución del IVA a los más pobres que no tienen cuenta bancaria, como se hará? Tendrán que abrir cuentas bancarias y los beneficios nuevamente serán para los dueños de los bancos que ganarán manejando la plata y los pobres no sabrán cuándo se les devolverá el dinero prometido.
Estas son inquietudes que uno escucha y que merecen análisis, antes de que sea tarde, en un gobierno que apenas comienza y que debe ganarse la confianza pública.
Por: Bernardo Nieto Sotomayor. Equipo Editorial Periódico El Campesino.