La Institución Educativa Los Andes de Cuaical, ubicada en el municipio de Cumbal (Nariño), se encuentra a más de 940 kilómetros de la capital. Desde allí trabaja con un proyecto educativo que rescata los saberes tradicionales de los pueblos indígenas.
Luis Iván Caipe Quenan, rector del colegio y quien trabaja desde hace 15 años en la institución, le contó a elcampesino.co cómo es su modelo educativo y las problemáticas que tiene actualmente la educación rural. (Le puede interesar: “Gobierno no puede seguir pensado en la educación rural desde las ciudades”: docentes)
La identidad cultural funciona como modelo para fortalecer la educación rural en el territorio. ¿Cómo cree que se pueden acabar las diferencias que hay entre los académicos de la ciudad y quienes trabajan en las regiones?
Reconociendo los saberes propios de las comunidades, reconociendo que nuestros mayores sin escuela, sin colegio tienen mucha sabiduría, porque han sabido leer e interpretar el territorio, porque han sabido leer el cosmos, porque han reconocido las bondades que tienen las plantas (…) de tal manera que es revalorizar aquellos personajes que para muchos han pasado de moda y retomarlos nuevamente porque ellos tienen guardado en su memoria mucha sabiduría.
Explíquenos un poco sobre la iniciativa del cabildo estudiantil, ese modelo de Gobierno colectivo que se pensó la institución para hacer partícipe a los estudiantes.
Teniendo en cuenta que nuestra identidad cultural estaba siendo abolida, tal vez por los colonos o por las influencias de afuera, se buscó la posibilidad de hacer una réplica de nuestro cabildo mayor en la institución, convertido en un cabildo estudiantil, donde los estudiantes ejerzan gobernabilidad en espacios autonómicos y puedan ellos solucionar conflictos de convivencia, puedan ellos ayudar a corregir a nuestros estudiantes.
Este cabildo se posesiona el 21 de marzo fiesta del Pawkar Raymi, una fiesta andina, la fiesta de la florescencia, la fiesta de la juventud. Ahí es donde él recibe su bastón de mando, su ruana y se reviste de gobierno, de poder para ayudar a nuestra institución. Ellos no son intervenidos por el rector, por los profesores, nosotros somos sólo acompañantes, ellos son quienes, con el acompañamiento de sus papás, ejercen autonomía, ejercen autoridad.
Por ejemplo, casos de indisciplina, de llegar tarde, de portar mal el uniforme o de bullying de los compañeros, etc., todo eso está en manos de ellos y ellos los pueden corregir, y esa corrección la hacen teniendo en cuenta el proyecto, la minga de los acuerdos, es decir, con acuerdos haciendo valer la palabra, retomando la palabra, conversando y aclarando situaciones que les permita corregir sin agredir a los compañeros.
Asegura que el pensamiento o la educación está colonizada ¿A qué se debe este fenómeno?
Este fenómeno se debe a que desde la llegada de los españoles siempre nos hicieron ver que los nuestro era malo. Entonces, nosotros estábamos encantados con lo de afuera, todo lo que estaba afuera nos parecía bonito, hermoso, la moda, en fin. Todos estos elementos hacían que nosotros nos vayamos olvidando de lo nuestro (…) porque siempre la aculturización había tenido más fuerza y eso ha sido parte de la colonización de nosotros.
Entonces, nuestro pensamiento estaba colonizado, no estaba siendo un pensamiento autónomo de nuestro saber y entender. Es por eso que se ha revalorizado el territorio, se ha revalorizado nuestra Pachamama y estamos entendiendo de que lo nuestro tenía sentido (…) porque nos guiamos de acuerdo al espiral; es decir, de adentro hacia afuera, y hacemos ese retorno, el eterno retorno, regresamos nuevamente al meollo del asunto, a la raíz, al cimiento.
¿De dónde nace el calificativo de que la educación rural es de mala calidad ?
Nace desde el nombramiento de los profesores, porque se cree que los profesores rurales no tenían las condiciones para cumplir a cabalidad el papel de docentes. Y en parte tenían razón, porque la mayoría de los docentes de repente fueron bachilleres, después se profesionalizaron, fueron a hacer parte de las universidades a distancia, y entonces se consideraba como una educación que se ofrecía no de primera calidad, sino que tenía sus falencias.
Además, se consideraba de mala calidad por la misma infraestructura, por lo que nos falta en las instituciones, no hay un laboratorio donde hacer experimentos, no tenemos una sala de informática, no hay internet, mientras que las ciudades hay esos medios. Entonces, posibilita el afianzamiento de esas razones de la gente que diga “allá es mejor, en lo urbano es mejor”, porque hay estas cosas.
Y tienen la razón en el sentido de que, por ejemplo, no hay el alcantarillado, no hay agua potable, las baterías sanitarias son mínimas, eso hace que se mire que la educación rural que se ofrece en el sector rural es de mala calidad. Asimismo, la cuestión de los espacios como biblioteca, comedor, campos deportivos, todo hace de que, digamos, la educación no es tan garantizada como la que se ofrece en las urbes.
¿Cómo encontrar todo en el territorio?
Nosotros pensamos que los países en vías de desarrollo estamos en un proceso simple de aprender apenas, de comenzar, y siempre nos fijamos en el primer mundo (…) pero si nosotros nos vamos al territorio, está todo. Hay que saber leer el territorio, interpretar el territorio, a nosotros nos hace falta eso, cuando nosotros descubramos a cómo leer el territorio, cómo entender el territorio y cómo aprender del territorio, las cosas serán diferentes.
Nuestros mayores nos dicen eso, “nosotros no necesitamos educación de otras partes, está aquí en nuestro territorio, pero aprenda a leer el territorio, descifre el territorio, descifre la palabra y cumpla en primer lugar con los pensamientos del mandamiento andino, no mentir, no robar, no ser vago.
¿Cuál es la importancia de tener un docente que sea de la comunidad?
El compromiso, un docente de la comunidad está comprometido, conoce su territorio, conoce su gente, no necesita de aval del cabildo, sino que lo tiene por derecho. Otras de las ventajas, yo diría, es que trabaja como propio.
Por: Andrés Neira. Periodista.
Editor: Mónica Lozano. Periodista – Editora.