Algunas de las ventajas de producir alimentos de buena calidad para que sean aceptados por las cadenas más importantes, son la optimización de la mano de obra, el uso de agua limpia, la estabilidad de los precios, el servicio oportuno y la vida útil que estos tienen (entre 7 y 10 días), además de evitarse el desperdicio y un adecuado manejo de inventarios.
Tomada de Infoagro/Sulam Hatum
Tal es el caso de Salaty, una empresa creada en 1995 que ha podido crecer y transformarse, gracias al apoyo crediticio de algunas entidades financieras y a valores como la asociatividad, que van de la mano con su adaptación a las exigencias mercado y una mejora de sus instalaciones, con el fin de poder brindar un excelente producto.
Son aproximadamente 5 hectáreas de gran variedad de lechuga entre las que se encuentra la batavita, romana, morada y verde crespa; además de contar con un cultivo hidropónico que permite una óptima calidad en este producto y un sabor único.
En dos décadas Salaty ha suministrado 2.500 toneladas de lechuga, 600 toneladas de cebollas y 210 toneladas de manzanas, a una de las multinacionales más importantes de comida rápida. Hoy esta empresa nacional sobrepasa los 40 empleados, quienes trabajan en los cultivos tradicionales, hidropónicos y una planta de producción en Cajicá, en donde se procesa y empaca las hortalizas que llegarán a los restaurantes.
Como alimento, la lechuga cuenta con innumerables propiedades medicinales, entre las cuales se destacan su potencial diurético, pues estimula la eliminación de orina; de allí su uso para tratar enfermedades como la obesidad y la hipertensión arterial.