Hoy Bogotá cuenta con 23 bibliotecas físicas y una virtual, a estás se suman dos en zona rural. La primera de ellas en Sumapaz la cual abrió sus puertas el 1 de septiembre de 2017, la segunda se encuentra desde el pasado 8 de junio en la Vereda de Pasquilla.
“Para conseguir una enciclopedia nos tocaba ir hasta la Luis Ángel Arango. Si era una consulta por internet tocaba llevar a los niños al único café internet que hay en el sector, y el dueño era quien prácticamente les hacía las tareas”, indicó Reinaldo Táutiva, presidente de la Junta de Acción Comunal de Pasquilla, zona rural de Ciudad Bolívar.
Este es un espacio que busca estrechar la relación entre padres e hijos ya que en las bibliotecas no solo se encuentran libros. Este es solo un primer pasó con el que se busca el intercambio de conocimientos, conferencia, y conversión de saberes en distintos formatos.
Así lo indicó Ana Roda, directora de Lectura y Bibliotecas de la Secretaría Distrital de Cultura, Recreación y Deporte: “Tenemos que modernizarnos, a la vez que fortalecemos los espacios materiales. Las bibliotecas deben atraer de maneras distintas a las personas con una amplia oferta formativa y cultural”.
La importancia de las bibliotecas rurales
En países como Argentina, en donde el proyecto Bibliotecas Rurales Argentinas fue creado en el año 1963, con el objeto de colaborar en la transformación cultural del pueblo argentino, especialmente con relación a los sectores de menores recursos. (Le puede interesar: Una educación del campo para el campo)
Su actividad principal se centró en la fundación de Bibliotecas Populares en todo el país, privilegiando las zonas marginales y donde aquellas no existieran. Su exitosa labor ya ha rendido el establecimiento de 1.065 bibliotecas, con un caudal de no menos de 500 libros
Hoy Colombia le apuesta a está iniciativa. Bogotá es la segunda ciudad del país que más lee, pero busca con estos proyectos ser la primera junto a la incentiva del Plan Distrital de Lectura y Escritura, “Leer es volar” garantizar que el libro, la lectura, las historias y el conocimiento estén más cerca de la población rural bogotana.
Por: Camilo Aldana – Estudiante de comunicación Social.
Editor: Mónica Lozano. Periodista – Editora.