Un sinnúmero de tradiciones reposan tras las puertas de lugares dispuestos para enseñar la cultura colombiana al mundo. Son museos, talleres y casas en las que albergan objetos, pero sobre todo historias de una nación que se cuenta entre tejidos, pinturas y colores.
Sin duda las ciudades principales llevan la delantera en cuanto a número y variedad de museos, aun así los municipios de la Colombia rural insisten en posicionarse como centros culturales en los que las tradiciones se viven a flor de piel.
No es tarea fácil, el abandono al que se enfrentan los deja en desventaja, sobre todo porque se trata de territorios en los que no se garantiza el cubrimiento de las necesidades básicas de la población; pero esto no les impide seguir apostándole a la defensa de su patrimonio y sus tradiciones. Prueba de ellos son estos 5 museos, tan diversos como sus mismos territorios.
Museo de las momias en San Bernardo, Cundinamarca
Ubicado a tres horas de la capital del país se divisa un municipio en el que las momias son protagonistas. Allí mismo son consideradas patrimonio cultural. No es para menos, los habitantes de este municipio reconocen a sus momias, porque se trata de viejos vecinos con los que compartieron actividades y celebraciones en el pueblo.
Museo de cera en Girón, Santander
Antes ubicado en Piedecuesta, se trasladó a Girón hace varios años para seguir contando historias a través de réplicas en cera de los cuerpos de varios personajes de la historia del país.
Se trata de una serie de esculturas que poseen la misma forma que aparece en las fotografías de las cuales se basa Luis Augusto Martínez, escultor colombiano. El artista utiliza accesorios naturales como el cabello y consigue prendas de vestir muy similares a las que usaban sus personajes.
Museo del totumo en Villavieja, Huila
Gabriel Rodríguez Charry, habitante del municipio, adecuó su vivienda para exhibir todo tipo de artículos hechos con totumo, entre ellos, vasijas, instrumentos musicales, objetos de decoración y hasta muebles.
Tallar el totumo es una tradición de este y otros municipios colombianos que dan a conocer una tradición que viene desde las comunidades indígenas ancestrales y que hoy por hoy, se rescatan en lugares como éste.
Taller de lutheria en Guapi, Cauca
Desde el litoral pacífico las comunidades afro se esmeran en elaborar instrumentos musicales, a través de los cuales se reproduce una tradición musical propia de este municipio. Aquí, la creatividad sirve de herramienta a un legado cultural que viene de generaciones atrás.
Esta tradición es además una alternativa económica que encuentran numerosas familias de artesanos en este municipio, quienes han creado distintos talleres como el “Taller de Lady”, liderado por el lutier Aquilino Cuero.
Laboratorio de artesanos de máscaras en Galapa, Atlántico
Esculpir figuras carnavaleras es la labor de los jóvenes que integran este taller. Lo hacen de forma profesional y con una creatividad sin igual. Las máscaras son talladas en madera y a algunas de estas les incorporan elementos como cachos de toro, lo que les da mayor identidad, sobre todo para época de carnavales.
El trabajo artesanal de estos jóvenes es considerado toda una ingeniería del carnaval, pues cada uno de ellos empezó siendo lijador de madera y hoy son ellos mismos quienes tallan todo tipo de máscaras. Este laboratorio rescata todo un legado indígena que entre colores y formas se defiende a capa y espada.
Estos son solo algunos de los lugares en los que se vive la riqueza colombiana y en los que las manos campesinas son las auténticas tejedoras de un proyecto de país reconciliado y justo, en el que se trabaje por impulsar el emprendimiento local que surge desde las cuatro paredes de un taller artesanal.
Es así como los museos se convierten en la oportunidad de mantener vivas las herencias de un país, pero sobre todo, son la más viva muestra de una nación que lucha día a día desde las tradiciones y la cultura.
Por: Lina María Serna López. Voluntaria Fundación ACPO.
Que buena recopilación de nuestra cultura, felicitaciones por ese trabajo.