Francisco cumplió 5 años de pontificado. El primer Papa latinoamericano con sus enseñanzas se convirtió en un referente político, social, cultural y espiritual.
Por Gustavo A. Nieto Moreno
Francisco desde que se asomó al balcón papal para anunciar que quería una “Iglesia pobre para los pobres” Francisco demostró que iba a hacer ruido. Ruido al apoyar movimientos sociales y sus gestores a los que llama “poetas sociales”. Ecos parroquiales, al invitar a los sacerdotes a tener “olor a oveja”. Y muchos bullicios al hablar de humanismo moral, lucha contra la corrupción, diálogo interreligioso e inclusive llamar a los periodistas custodios de la verdad. Subió el tono de su voz al exigir para todos las tres T: tierra, trabajo y techo.
El politólogo Daniel Arroyo afirma que las cinco enseñanzas de Francisco son promover una economía de la justicia y la inclusión social; cuidar a los niños, a los jóvenes y a los mayores; reafirmar la opción por el trabajo; cuidar la casa común; y, apostar por la cultura del encuentro.
Su propuesta de una diplomacia vaticana activa se demuestra con la carta navideña que les envió a los presidentes mostrando lo que deja la guerra. Además de sus “gestiones de paz en Colombia, en Medio Oriente y por el desarme nuclear. Definió su papado con su primer viaje dentro Italia: Francisco viajó a la Isla de Lampedusa, para decir que los migrantes deben ser respetados en su dignidad. Luego, el primer viaje fuera de Italia fue a Albania, un país donde el 97% de su población es musulmana y dejó en claro que, “Todos pertenecemos a una única familia, la familia de Dios”. Asegura el embajador vaticano Eduardo Valdés.
Sus escritos expresan su compromiso. Para el Obispo Oscar Ojea “La carta La Alegría del Evangelio plantea los fundamentos para una reforma de la Iglesia, para ser un Pueblo de Dios abierto y consciente de la misión evangélica. La Encíclica Laudato Si (Alabado Seas) es el primer documento en el que un Papa se expresa tan claramente sobre el cuidado del mundo, vinculando la suerte de los pobres del planeta con los abusos cometidos por el hombre contra el medio ambiente. Su Carta sobre la Alegría del Amor pone de manifiesto la preocupación de la Iglesia por la familia, los peligros del egoísmo y la atención especial a tantos hermanos que han sufrido rupturas en sus matrimonios y en su relación con la Iglesia. El tema de la misericordia es un punto importante en sus mensajes.”
“Avanzar y profundizar la reforma de la Iglesia hacia una forma de gobierno y de participación comunitaria, más horizontal y plural que renueve la vida del catolicismo. No habría que descartar ni siquiera el llamado a un nuevo concilio ecuménico”. Ese sería el desafío próximo de Francisco, según el académico Washington Uranga.
Francisco cumple con la propuesta de San Pablo en su Primera Carta a los Corintios, “predicamos a un Cristo crucificado”. 5 años ya de un pontificado del fin del mundo: de un mundo injusto, esclavista, materialista, individualista, neoliberal y apartado de Dios.
