Por: Juan Carlos Pérez Bernal*
Ya ha hecho carrera en Colombia manejar la política económica en función de los precios del petróleo, a tal punto que parecería que las autoridades sólo dan pasos (y a veces pesos) al vaivén de este indicador.
Para la muestra este botón: a propósito del reciente pulso con los educadores, el Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, declaró que no se podían atender sus pretensiones, porque la caída de los precios del petróleo ha dejado un hueco de $10 billones.
También se ha advertido, en diversos tonos, que ya se empezó a desinflar el negocio de finca raíz- algunos lo llaman burbuja inmobiliaria- por cuenta de la menor demanda que implican la baja en los ingresos petroleros.
En esa misma línea, un comentarista económico dijo en una conocida radio cadena de emisoras, entre dramático y festivo, que nos tenía una “excelente noticia”, pues los precios del petróleo habían vuelto a repuntar. (¿Buena noticia para quién o para quiénes?)
La sensación general es que no hay plata para casi nada “porque los precios del petróleo…”
Ante tal crispación de nervios, vale la pena preguntarse también cómo fue posible que para muchos colombianos pasara inadvertida esa “danza de los millones…O casi, pues resulta muy difícil entender cómo, si somos país petrolero y estábamos en época de vacas gordas, cada vez teníamos que pagar más por la gasolina, por los arriendos, por los servicios… Ah ¿Se acuerdan de que, en pleno pico de los precios de petróleo, nuestros campesinos tuvieron que hacer un paro, para que el gobierno atendiera parte de su histórica deuda?
Mejor dicho: no logramos comprender cómo, en medio del “óptimo estado de las cifras macro”, nuestros bolsillos han estado cada vez más magros.
Pero lo que sí está claro es que no se le puede achacar a los bajos precios del petróleo los nuevos males de nuestra economía. Como bien lo advierte Fedesarrollo – entidad de estudios que le toma el pulso al comportamiento económico- “Colombia cuenta con arreglos macroeconómicos, como la flexibilidad cambiaria que ha mantenido el Banco de la República, en un contexto de política macroeconómica guiada por metas de inflación y que ha contado con una elevada credibilidad”. Y, según sus cálculos, de esa manera, el año pasado la caída en los precios del petróleo se compensó en más del 50% por el aumento de la tasa de cambio.
Como vemos, si lo que quiere el gobierno es justificarse, mal hace en usar las cifras petroleras…Que cambie de “coco”…