La Morinda citrifolia originaria del Sudeste Asiático, más exactamente de la India donde se usaba como tinte para prendas de vestir, es también conocida como Noni, nace de un árbol pequeño que florece todo el año, habita en climas templados y tropicales y al madurar tiene un tamaño aproximado de una pera, un olor particular a queso y un sabor amargo.
Al Noni se le reconoce como una fuente de nutrientes excelente para la erradicación de varias enfermedades y se le considera elixir de la longevidad, pues entre sus componentes se encuentran la xeronina, bioflavonoides, damnacantal, escopoletina, aminoácidos, minerales y proxeronina, a esta última se le faculta con la capacidad de recuperar las proteínas de las células, que permite la estimulación del sistema inmunológico.
Es utilizado desde la antigüedad para tratar enfermedades como cáncer, diabetes, cefaleas, infecciones, artritis, dolores menstruales, asma e hipertensión; funciona como antioxidante para el corazón y vasos sanguíneos además de las bondades en la disminución del colesterol y los triglicéridos. Es importante aclarar que este fruto no produce efectos secundarios por lo tanto no es perjudicial para la salud, sin embargo, se debe consultar al médico y no reemplazar tratamientos farmacéuticos.
A pesar de que ha sido parte de la medicina durante siglos, en Colombia el boom de este fruto se dio hasta el año 2.000, existen varios miles de hectáreas cultivadas principalmente en San Andrés, Montería y el Pacífico Varias empresas de Colombia procesan el noni para producir jugo, pulpa y jalea, cada uno ha desarrollado su planta y canales de distribución; esta fruta además de ser benéfica por sus nutrientes, es sin lugar a dudas parte de la economía nacional y una excelente oportunidad de emprendimiento y generación de empleo.
Un nuevo hallazgo de investigadores de la Universidad de Winsconsin, hace referencia a su efectividad para combatir la plaga de la mosca de la fruta, debido a un ingrediente toxico que contiene.