La hambruna en el mundo es uno de los principales problemas que aqueja a la humanidad. Según datos de las Naciones Unidas, se estima que alrededor de 24.000 personas mueren cada día por este flagelo. Con este panorama, países como Colombia pueden ayudar a mitigar el problema siempre y cuando se invierta de manera decidida en la producción agrícola.
Por: Nelson David Ruiz Guzmán
Facilitador de las EDC de Cundinamarca
Invertir y solucionar los grandes flagelos del mundo como la hambruna parece ser la consigna del último Foro Económico Mundial realizado en la ciudad de Medellín el pasado 16 y 17 de junio de 2016.
El Foro Económico Mundial reconoció que Colombia es uno de los países americanos que puede proveer de alimentos al mundo entero, necesidad imperante de los mercados internacionales que buscan brindar seguridad alimentaria a aquellos países que por sus condiciones particulares no la poseen y a otros que sufren de hambruna.
Y es que poco a poco la hambruna ha ido socavando la paz mundial. Tanto las guerras y la hambruna producto de la pobreza y de las mismas guerras, son dos de las principales causas de muertes en el mundo, afectando principalmente a la población infantil en más de un 75% de los casos asociados a estos ítems.
Y precisamente, uno de los principales programas del país encaminado a luchar contra la hambruna es Colombia Siembra. Esta política gubernamental presentada en el marco del Foro Económico Mundial que pretende aumentar las áreas cultivadas está bien encaminada según lo expresado por el Viceministro de Asuntos Agropecuarios, Juan Pablo Pineda.
Manifestó el funcionario que el aumento de las áreas cultivadas “representa una oportunidad de oro para el crecimiento del campo colombiano, pues le da un mensaje al mundo de que no solo tenemos el potencial, sino que además poseemos la estrategia y la determinación para llevarlo a la realidad”.
En este sentido, Colombia es para las empresas en el exterior una atractiva fuente de inversión pues se coloca en el mapa para el desarrollo de cadenas agroindustriales, inversión extranjera y diversificación de la industria nacional.
México es el otro país que en Latinoamérica comparte con Colombia este mérito y que puede ser un gran aliado mundial contra la hambruna.
No obstante, es imprescindible que Colombia, antes de despertar y optimizar sus procesos agrícolas enfocándose a satisfacer el mercado internacional, primero atienda su mercado interno garantizando su seguridad alimentaria.
Por su parte, el presidente Santos afirmó en la inauguración del Foro que “nosotros tenemos todo lo que el mundo necesita, tenemos capacidad de producir alimentos, energía, agua, biodiversidad, lo importante es saberlo aprovechar para poder continuar en nuestro progreso”.
Bien es sabido que la optimización del agro colombiano busca alcanzar la soberanía alimentaria evitando la hambruna en el país, reducir la dependencia de las importaciones y aprovechar la oportunidad de varios productos agropecuarios demandados en mercados internacionales.
Para hacerlo es necesario articular los instrumentos y políticas a atender este sector que por años no ha tenido atención por causa del conflicto armado y que ahora se convierte en una oportunidad para construir la paz y generar negocios tanto para campesinos, finqueros y agroindustriales.
Sin duda, Colombia es privilegiada en este sector generando una fuente de economía que mejore la calidad de vida de los campesinos, contribuya con superar la hambruna ocasionada por la pobreza, el conflicto armado y los desastres naturales en el ámbito interno, y satisfaga un mercado internacional cada vez más creciente.
Hay que considerar lo anterior como una oportunidad y las oportunidades hay que aprovecharlas. Ánimo que se puede.