Detente, el Sagrado Corazón de Jesús está conmigo, es la inscripción de un escudo de protección que usan las personas que rinden una devoción especial al Sagrado Corazón de Jesús.
Por Juan Sebastián Romero Araque
Una forma de devoción especial a Jesús es la que conocemos como el Sagrado Corazón; en está devoción tenemos en cuenta que nos referimos a un órgano que actualmente asociamos a nuestra parte física como también a nuestra parte espiritual. Así, el Corazón de Jesús se nos presenta como una gran expresión de Dios hacia todos nosotros. Además de esto, la representación del corazón herido hace referencia a la pasión y muerte del Señor, en los cuales se evidencia la plenitud de este amor hacia todos los seres humanos.
¿Qué es el detente?
El detente es un sencillo emblema que contiene la imagen del Sagrado Corazón de Jesús. Es conocido como un escudo que el mismo Dios entrega a Santa Margarita María de Alacoque con el fin de estar protegidos de los diversos peligros con que nos enfrentamos ante las diversas situaciones de la vida cotidiana.
¿Cuál es el origen del detente?
En una carta del 02 de marzo de 1686, Santa Margarita María escribe a su superiora, la Madre Saumaise, que es deseo del Corazón de Jesús que se veneren imágenes en las casas de las personas y que también existan unas imágenes pequeñas que cada persona lleve. De allí, se origina el detente, que esta Santa acostumbró a llevar durante toda su vida y que recomendó a todas sus novicias llevarlo, ya que era algo que agradaba en sobremanera a Nuestro Señor.
En sus inicios se autorizó esta práctica del detente únicamente en los Monasterios de la Visitación; pero empezó a tener tal relevancia hacia los años 1720, cuando Nuestro Señor revela a la Venerable Hermana Ana Magdalena Rémuzat que la ciudad francesa de Marsella sufriría una gran peste de la cual morirían muchas personas. Por ello, las hermanas comenzaron la propagación de muchos de estos escudos con la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Admirablemente, la peste no fue trágica y no devastó la ciudad y más aún gran cantidad de personas que usaron el detente no se vieron afectadas por esta peste. Fue tal el impacto del detente que llegó a manos de la Corte, siendo la esposa del rey una de las principales propagadoras de esta devoción.
¿Cuál es la opinión de la Iglesia acerca del detente?
En 1856 el Papa Pio IX extendió la fiesta del Sagrado Corazón a toda la Iglesia. Pero hacia 1870, una mujer romana deseaba saber la opinión del Sumo Pontífice acerca del detente, así, el mismo Papa Pio IX expresa que es un pensamiento celestial y que sin duda alguna viene del cielo. Así, da una bendición especial a este detente y extiende su bendición a todos los detentes que sigan este modelo de imagen, sin necesidad de ser bendecidos en otras ocasiones. Además extiende una bendición de protección de las acechanzas del diablo sobre todas aquellas personas que porten un detente.
Finalmente, el 28 de marzo de 1873 concede una indulgencia de 100 días a aquellas personas que porten un detente y recen diariamente un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria. El Papa concluye con la siguiente oración:
“¡Abridme vuestro Sagrado Corazón oh Jesús! …mostradme sus encantos, unidme a Él para siempre. Que todos los movimientos y latidos de mi corazón, incluso durante el sueño, os sean un testimonio de mi amor y os digan sin cesar: Sí, Señor Jesús, yo Os adoro… aceptad el poco bien que practico… hacedme la merced de reparar el mal cometido… para que os alabe en el tiempo y os bendiga durante toda la eternidad. Amén”.