Según datos del Departamento Nacional de Estadística en Colombia viven 14 millones de campesinos. La historia rural del país está enmarcada en la fortaleza y el anhelo de una vida digna, de una finca productiva y el infinito amor por el trabajo.
Por: Andrés. A. Gómez Martín.
Gloria es una campesina oriunda del municipio de Caldas, muy cercano a Chiquinquirá en el departamento de Boyacá; ella, curtida en las labores del campo, sabe a la perfección como se debe preparar la tierra para sembrar papa, cebolla, zanahoria o meter ganado lechero.
Sus padres también fueron campesinos, su madre nació en un pueblo llamado Quipama, mientras que su padre nació en Muzo, el pueblo de las esmeraldas. Gloria ya no puede trabajar en el campo, de hecho vendió su finca a inicios de la década del dos mil, dos pequeños hijos pedían más dinero y tiempo que solo un trabajo en la ciudad podía ofrecerle.
Se fue a Chiquinquirá a buscar surte, almacenes de ropa, en la plaza de mercado, en la universidad pública y como empleada doméstica. Con una profesora del centro universitario trabajó durante varios años, aunque dejó de lado los saberes de la finca, una que otra cosa ponía en acción en su trabajo; la agilidad, los secretos en la comida, hace rendir el alimento y el dinero.
Sin embargo Gloria no dejó el campo completo, sus primos menores atendían una finca en la que el ganado lechero les daba para vivir con dignidad, así que los fines de semana un butaco, balde y el corazón lleno de amor por el campo, la acompañaban a ordeñar.
Con el dinero que logro trabajando lejos de su terruño, arregló su casa y empezó el segundo piso, los niños tenían asegurado el colegio y un mínimo de bienestar, además ayudo para que sus primos compraran dos vaquitas más, con orgullo las compraron de contado.
Gloria espera volver a la finca de lleno, le hace falta levantar las gallinitas y los conejos, el sonido de pájaros y de árboles que se me mueven con el paso del viento, pero sobre todo quiere volver a despertar con el único olor del campo, ese que solo se siente cuando no se está en la ciudad.