Las FARC y el gobierno nacional adelantan negociaciones en La Habana desde agosto de 2012, buscando con ello poner fin al conflicto armado en Colombia que desde hace más de 60 años ha sembrado violencia, terror y centenares de víctimas concentradas, principalmente, en el campo colombiano.
Por: Nelson David Ruiz Guzmán Facilitador de las EDC de Cundinamarca
El primer punto acordado por Gobierno y las FARC en La Habana habla sobre la política de desarrollo agrario en Colombia.
Según el borrador conjunto suscrito entre los delegados del presidente de Colombia Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia -FARC-EP, el campo constituye un pilar fundamental en la construcción de una paz estable y duradera.
El documento que puede ser consultado en la página www.mesadeconversaciones.com.co, propone una Reforma Rural Integral -RRI que siente las bases para la transformación estructural del campo y cree condiciones de bienestar para la población rural.
En este documento, las FARC reconocen que “dicha transformación debe contribuir a solucionar las causas históricas del conflicto, como la cuestión no resuelta de la propiedad sobre la tierra y particularmente su concentración, la exclusión del campesinado y el atraso de las comunidades rurales”.
Tanto las FARC como el gobierno nacional afirman en el borrador conjunto que habrá un programa de formalización masiva de tierra, el cual estará acompañado de una jurisdicción agraria especial con tribunales y jueces conocedores de los asuntos agrarios. Con este sistema se pretende resolver todos los conflictos de tenencia y uso de la tierra que hay en el campo colombiano.
También contemplan las FARC y el gobierno la creación del fondo de tierras que se nutrirá con predios adquiridos con dineros ilegales, mediante despojo y con baldíos apropiados ilegalmente que el Estado recuperará.
Con relación a la pobreza en el campo, las FARC y el gobierno establecieron que si se quiere una significativa reducción de la pobreza en el campo se debe garantizar el acceso a la tierra, pero acompañándolo con los programas necesarios para hacer esos predios productivos.
La idea de las FARC y de los negociadores del gobierno no es solo darles a los campesinos tierra, sino que haya paquetes integrales para que la finca sea productiva y los campesinos tengan un ingreso que pueda garantizar su futuro.
Para lograr este objetivo se propone por parte de los negociadores de La Habana incentivos, créditos, subsidios y asistencia técnica para los campesinos. Además, se determinarán canales de comercialización efectivos.
En lo pactado por las FARC y el gobierno en Cuba también se afirma que la distribución de tierras no se puede hacer ampliando la frontera agrícola, sino a través de la reubicación de campesinos que viven en zonas alejadas y con tierras de mala calidad.
De igual forma, en el documento quedó plasmada la necesidad de actualizar el catastro rural, situación que permitirá aportar más recursos a los municipios para que puedan prestar más servicios.
Y un último punto que es preciso rescatar del borrador firmado entre las FARC y el gobierno nacional está relacionado con la reducción de la pobreza extrema en el campo. En éste se acordó que el gobierno establecerá unos mega-planes de inversión a 10 años, en todas las áreas, para suplir las necesidades de este sector. Infraestructura, especialmente con vías de acceso, hace parte del desarrollo rural planteado.
Con todo, el documento firmado por las FARC y el gobierno nacional, no se reduce a un simple discurso en el papel, sino que es una propuesta para la transformación de las regiones con un desarrollo rural donde se espera que el pequeño agricultor sea el más beneficiado.
¿Concuerda con el Acuerdo?