La importancia del agua en una tierra que hoy es noticia por el hambre y la desnutrición.
Por; Erika Correa
Facilitadora de las EDC de La Guajira
Durante los últimos meses se habla en los medios de comunicación sobre la importancia del agua en medio de una intensa y larga sequia que azota al departamento de La Guajira, especialmente a los municipios de Manaure, Uribía y Maicao. Es para ésta región y sus comunidades vital contar con el preciado líquido. Ante la importancia del agua, el gobierno avanza con la entrega de pozos a las comunidades rurales de estos territorios. Sin embargo, aún no se llega a beneficiar gran parte del territorio de la Alta Guajira, a pesar de la evidente importancia del agua.
Durante años las comunidades indígenas Wayuu han recorrido estas tierras áridas bajo el inclemente sol. Hoy viven el dolor y la tragedia de la desnutrición infantil en medio de debates y acusaciones. Se señalan diversos factores: la corrupción del gobierno, la cultura, el clientelismo y la actividad de las multinacionales mineras. Estas multinacionales despilfarran el líquido con el que las comunidades indígenas no cuentan, sin tener en cuenta la importancia del agua.
La importancia del agua radica también en que es un derecho fundamental que debe ser garantizado para todo ser humano, más allá de su territorio, condición económica, raza o credo. Sin embargo, cuando muere un niño los únicos que son considerados culpables son sus padres. Quienes se enriquecen con los recursos del pueblo, quienes se aprovechan de los recursos naturales, quienes deben garantizar que los recursos se ejecuten realmente, seguirán señalando a otros y distorsionando la realidad de los hechos, mofándose de la importancia del agua.
Bajo el sol y en medio del desierto en la Alta Guajira, es real la importancia del agua, para volver a recuperar tradiciones y costumbres que se desvanecen al pasar de los años. Sin la lluvia desaparecerán los cultivos anuales en las “yujas” y los rastrojos forrajeros para los chivos, ovejos y vacas. Sólo quedará el hambre, la mendicidad y el clientelismo.