Las vías de acceso a las veredas más lejanas y profundas en la ruralidad colombiana son las vías terciarias, pequeños caminos que comunican a los caseríos con los centros poblados, por ellas cientos de miles de campesinos a lomo de mula y a bordo de camiones al mando de avezados conductores, llevan toneladas de alimentos para ser comercializados.
Por: Periódico El Campesino
En noviembre pasado el diario el Colombiano retomaba en su versión digital una crónica sobre el caserío del El Aro, en el departamento de Antioquia. Aquella publicación retomaba los relatos de varios campesinos que contaban con nostalgia como sobre la década los años sesenta habían llegado a una pequeña planicie en las montañas del norte de Antioquia.
Para llegar a El Aro, fundado por campesinos y curas que huían de la violencia bipartidista, se requerían de al menos doce horas de camino, una caravana de mulas salía muy temprano en la mañana desde el Municipio de Ituango. Bordeando enormes riscos, atravesando ríos y largos sectores de espesa vegetación, los campesinos solo tenían esa vía de acceso con el resto del mundo, un pequeño camino.
El director de planeación Nacional, Simón Gaviria, anuncio que el gobierno nacional tiene como objetivo invertir antes del 2020 en el mejoramiento y fortalecimiento de la red terciaria de vías. Según informó EL DIARIO DEL HUILA, se requieren de al menos 48 billones de pesos para este proyecto.
Sin embargo el mantenimiento y la inversión que se hace sobre estas vías están en manos de las alcaldías municipales, por lo que cada gobernante prioriza el uso de los recursos en esta materia. Mantener estas vías en condiciones aceptables es urgente, pues en el marco del plan Colombia Siembra, se requiere que la industria agrícola tenga las condiciones para poder trabajar el campo. Finalmente se informó que se darán incentivos hasta por un 80 por ciento a planes de mejoramiento vial que presenten los municipios que tienen menos recursos disponibles para el mejoramiento de vías.