Jornada de oración invoca a Jesús, Príncipe de la Paz, suplicando este gran don para Colombia.
Por Jhonnatan Ruiz Rodriguez
Colombia atraviesa por un momento muy importante en los últimos tiempos, por el interés de crear en todo el país un estado de convivencia sana y pionera en los diálogos con grupos armados, que desean insertarse en un estado democrático, donde puedan tener participación en las decisiones e iniciativas, sin la necesidad de utilizar las armas para hacerse escuchar, y lograr así, trabajar juntos en la construcción de una sociedad incluyente, democrática y participativa.
Ante la iniciativa de un cese del fuego entre el ejército nacional y las Farc, la iglesia católica en cabeza de la Conferencia Episcopal, liderada por todos los obispos de Colombia, están invitando a una jornada de oración para el próximo 29 de septiembre, en todas las parroquias, colegios católicos y de más entidades de la iglesia, donde se pide que cada una de las instituciones y de las personas, puedan destinar u ofrecer un espacio para dirigir una plegaria por la paz y la sana convivencia en toda Colombia.
Petición y deseo de todos los obispos del país, quienes apoyados por el pensamiento del papa Pablo VI, quien enseñaba que la oración es un recurso muy valioso para construir la sociedad “por sus maravillosas energías de tonificación moral, y trascendentes factores divinos, de innovaciones espirituales y políticas”; pueden ser escuchadas al encontrarse en su corazón, un ardo deseo por la preocupación en la construcción de una Colombia más incluyente y menos violenta.
Para esta iniciativa de la iglesia católica se espera la participación de todos los fieles, quienes pidiendo la intercesión con una oración de petición, se pueda alcanzar una Colombia libre de violencia, con una sana participación en la democracia, permitiendo formar más líderes políticos, sin la necesidad de apoyarse en las armas para imponer sus pensamientos.
Los obispos después de un largo encuentro, señalan que interceder por medio de la oración, es acercarse a la misericordia de Dios, quien nos invita a tener un corazón conforme al suyo, teniendo presente que quien pide se le da, el que busca encuentra y el que intercede no busca su propio interés sino el de los demás, formando una comunidad más unida y con menos problemas de pensamiento raza, color e ideologías, gracias al diálogo y a la puesta en común de los pensamientos e indiferencias en toda Colombia.
Orar por Colombia es ver a Dios en medio de toda nuestra comunidad, en quien sufre, en el huérfano, en las víctimas del conflicto, en los presos, en los habitantes de la calle, en los que están sumergidos en el vicio, en los abuelos abandonados, y en las demás personas que no pueden tener voz ni voto, por el problema que los acecha diariamente.
Por todo aquello, orar por Colombia, es presentar las heridas que invade a toda la patria a un Dios presente, vivo que desea que nos acerquemos a su presencia, con gran confianza, logrando entregar lo mejor de cada uno, sin miedos con la esperanza de que nos cure las heridas, alivie todo lo que nos agobia, nos sostenga y nos acompañe.
Es decir que por medio de la oración, queremos ser una nación libre y justa, con oportunidades para todos, con tranquilidad y llena de una paz que alivie los miedos a la violencia y a la falta de atención. Orar por Colombia es entregarnos en sus manos y soñar con una tierra fraterna y constructora de sincera paz.
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