En el marco del Día de Mundial de la Desertificación y la Sequía, que este año tendrá representación en Seúl (República de Corea) como sede oficial, en todo el mundo se concentrará la reflexión en temas como relaciones entre el consumo de la tierra y la crisis por COVID19.
Las Naciones Unidas celebran cada 17 de junio, el Día de Lucha contra la Desertificación y la Sequía como llamado a poder neutralizar la degradación de las tierras mediante la búsqueda de soluciones, con una firme participación de la comunidad y cooperación a todos los niveles, para así concienciar acerca de las iniciativas internacionales para combatir estos fenómenos.
Para este 2020, la celebración de este día dará paso a cambiar las condiciones públicas hacia las principales causas de la desertificación y la degradación de las tierras: la producción y el consumo desmedido por la sociedad en lo que todos pueden aportar y cambiar desde lo insignificante e ir cambiando las costumbres diarias para acabar con a la contaminación de la tierra y la explotación a los recursos naturales.
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El cambio de la dieta, por sí solo, podría liberar entre 80 y 240 millones de hectáreas de tierra
El planeta está cada vez más afectado por la actividad humana y las variaciones climáticas, lo que da lugar a fenómenos como la desertificación, lo que significa la degradación de la tierra en las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, como factores la pobreza, la inestabilidad política, la deforestación, el sobrepastoreo y las malas prácticas de riego que afectan negativamente a la productividad del suelo.
En este día se resaltará la importancia del suceso de la pandemia por Coronavirus y qué consecuencias ambientales tendrá con los brotes emergentes de enfermedades infecciosas como es la pérdida de biodiversidad y de la misma manera el mantener, mejorar, reducir y sobrellevar los sistemas alimentarios e hídricos puede ayudar a reducir los efectos de la pandemia en la pobreza mundial.
El crecimiento demográfico, incremento en producción de alimentos, forrajes, fibras textiles y la producción de ropa y calzado, ha ocasionado el 8% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, una cifra que, según las previsiones, ascenderá 50% para el año 2030. De igual forma, se espera contar con tierras productivas suficientes para satisfacer la demanda de 10.000 millones de personas en 2050.
Los restados de la transformación de la tierra van en un ritmo imparable acabando con ecosistemas, biodiversidad y la producción de alimento
- Hoy en día, más de 2.000 millones de hectáreas de tierras anteriormente productivas se encuentran degradadas.
- Se ha transformado el uso de más del 70% de los ecosistemas naturales. En 2050, la cifra podría alcanzar el 90%.
- En 2030, la producción de alimentos requerirá otros 300 millones de hectáreas de tierra.
- Se prevé que, en 2030, la industria de la moda utilizará un 35% más de terreno —más de 115 millones de hectáreas, el equivalente a la superficie de Colombia.
Por: Andrea Bohorquez Bueno. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.