Las comunidades campesinas e indígenas, han desarrollado y protegido las semillas durante milenios, por esta razón, conservan, utilizan, intercambian y venden semillas para el beneficio humano y la conservación sostenible de la naturaleza.
Las semillas y la biodiversidad agrícola han sido elementos centrales de las luchas de los movimientos sociales durante muchos años. No obstante, los esfuerzos para que todo el mundo tenga derecho a una alimentación y nutrición adecuadas no han obtenido la suficiente atención.
Las mujeres, un papel fundamental en la lucha contra el hambre
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), las mujeres indígenas pueden jugar un rol clave en la adaptación de la agricultura y la dieta para enfrentar el cambio climático.
Además, cuentan con tierras indígenas tradicionales que comprenden el 22% del territorio mundial y el 80% de su biodiversidad. Le puede interesar Asoquinua: mujeres ejemplo de vida
Por lo tanto, la pobre atención de la salud, la desnutrición y el analfabetismo son otros problemas que enfrentan las mujeres indígenas que generalmente tienen poco acceso a la política, medio para enfrentar esta problemática.
Además, las mujeres del sector rural, tienen un papel fundamental en el ámbito espiritual; social y familiar siendo guardianas de semillas, portadoras de conocimiento especializado.
Mujeres siguen luchando por la tierra en medio de la desigualdad
Según la FAO, las mujeres son las que más sufren. Los niveles salariales para las mujeres indígenas en la región son a menudo cuatro veces menores que los del hombre. Le puede interesar Agua, Mujeres y Reconciliación, por el sostenimiento del sector rural
Por lo tanto, las mujeres indígenas en América Latina deben estar en el centro de los esfuerzos para adaptar la agricultura a la amenaza del cambio climático, ayudando a combatir el hambre y la pobreza de sus regiones.
Por: Genny Mantilla. Estudiante de Comunicación Social – Periodismo
Editor: Ana María Rizo Díaz. Periodista – Editora.
