Un concurso que premia el trabajo de los papicultores

Más de 70 papicultores de Boyacá, Cundinamarca, Antioquia, Cauca, Nariño y Santander, participaron del concurso que reconoce la labor del productor de papa, sus prácticas agrícolas y la calidad de sus productos.

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Foto: Yara.

Los papicultores de las regiones más productoras de papa a nivel nacional, participaron de la segunda edición del Yara Champion Program Papa 2018, en Bogotá. El concurso, que contó con la participación de más de 70 productores, reconoce la implementación de buenas prácticas en la producción de papa y hace un reconocimiento a los agricultores y agricultoras por su esfuerzo, disciplina e interés por producir con calidad.

Jesús Correales, papicultor boyacense y ganador del primer puesto en la categoría Papa de Consumo en Fresco, reconoce que el logro es un trabajo que proviene de sus antepasados, una trayectoria familiar en el cultivo de papa que le fue legado. La herencia agrícola le permitió recopilar los saberes tradicionales e implementar nuevas prácticas en sus cultivos. Le puede interesar: El reto de tecnificar los cultivos para mejorar la productividad

“Esto es un triunfo de más de 5 años de esfuerzo, aparte de los que ya había hecho mi familia anteriormente, de 5 años trabajando sin tener ningún reconocimiento. A veces uno gana, uno pierde, a veces le dan ganas a uno de retirarse de esto, pero el amor al campo, el amor al cultivo y el amor a todas estas cosas, lo llevan a uno a hacer las cosas mejor para obtener estos reconocimientos”, agrega.

Asimismo, Correales hace un llamado a agricultores, instituciones y consumidores a concentrar esfuerzos para devolverle a la papa el reconocimiento. “Aparte de uno tener buenas prácticas y aparte de hacer un buen cultivo con todas las reglas, creo que todas las personas tenemos que consumir nuestro producto interno”, asegura.

En cuanto a la categoría Papa de Industria, Mario Espitia, papicultor de Cundinamarca y acreedor del primer lugar, este logro lo motiva a seguir trabajando y a aprender cada día más del cultivo de papa. “Para mí es un honor tener el primer puesto (…) lo motiva a uno a seguir y lo hace a uno aprender cada día más para ser más productivos y mejorar cada día la cosecha”, asegura.

El cundinamarqués cree necesario la capacitación, la asesoría técnica, el análisis de suelo y los abonos para trabajar adecuadamente la tierra. Dichos requerimientos, podrían ayudar a los productores de papa para que sus cosechas mejoren en calidad y cantidad.

En total, fue reconocida la labor de 20 papicultores –10 por categoría–, y el departamento más galardonado fue el de Cundinamarca. Adicionalmente, durante el desarrollo del evento hubo espacio para conversatorios en torno a los valores nutricionales de la papa y la presentación gastronómica de un plato elaborado con este producto.

Detalles del concurso

Para Marcelo Altieri, director del regional del cono norte de Yara, el concurso nace como un reconocimiento “que pocas veces” se hace al esfuerzo de agricultores para llevar el producto a la mesa de los colombianos. De igual forma, se crea para motivar a mujeres y jóvenes a cultivar más para satisfacer las necesidades alimentarias venideras.

«Colombia tiene cerca de 50 millones de hectáreas aptas para la producción de alimentos, eso es lo que ha llamado la FAO a Colombia como uno de los principales países en satisfacer esas necesidades alimentarias. Acá los colombianos están dotados de algo que es muy difícil de lograr, el ambiente, los suelos y el espíritu de los agricultores colombianos (…) el camino está en ser más productivos, no hay que seguir ampliando áreas, no hay que seguir deforestando”, asegura Altieri.

Dicho esto, el concurso reúne a los productores de papa de industria y consumo fresco en Colombia, para competir y recibir un reconocimiento por sus esfuerzos en la producción de papa. Para esta edición, 100 cupos fueron habilitados para agricultores de diferentes departamentos: Boyacá (20 cupos), Cundinamarca (40), Nariño (15), Antioquia (10), Cauca (10) y Santander (5).

La jornada de inscripción se llevó a cabo durante abril y julio de este año. Luego, la recolección de las muestras de la denominación pastusa superior, cosechada entre mayo y septiembre, así como el lavado y clasificación, se realizó entre el mes de mayo y agosto.

Por último, para los parámetros de evaluación se tuvo en cuenta la calidad física y porcentaje de usabilidad, que otorgaron a cada muestra un puntaje y perfilación del producto para facilitar para medir al papicultor.

Por: Andrés Neira. Periodista
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.

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