El pasado 6 de agosto del 2021 José Ignacio “Iñaki” Chaves, sociólogo, comunicador, docente investigador y periodista independiente; realizó el lanzamiento de Paredes que comunican, un libro que pretende mostrar y situar los grafitis como una manera de hacer públicas las demandas de la ciudadanía a través de una comunicación artística y alternativa.
El evento se llevó a cabo en el Parque Bicentenario ubicado en el corredor de la calle 26, entre carreras 5ª y 7ª de Bogotá. Allí José Chaves dio a conocer la publicación que en más de 100 páginas recopila la mirada de diferentes expertos en comunicación y arte urbano, sobre el antes y el presente del arte en paredes de Bogotá.
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De acuerdo con Chaves, el interés por visibilizar e investigar a profundidad la práctica del grafiti nació a finales de los 70’s porque “en los lugares del mundo que he visitado, he venido fotografiando las paredes en las que estaban plasmados esos mensajes que daban cuenta de las expresiones de la ciudadanía. Considero que esas pintadas son una manera mostrar el sentir de las gentes de cada lugar, constituyen un tipo de comunicación que hace uso de un medio abierto en el espacio público, para hacer públicas sus demandas, sus sueños y sus inquietudes”, afirmó.
Esta apuesta literaria recopila las miradas de magísters en comunicación y expertos del grafiti sobre temas como los antecedentes del street art (arte callejero), el análisis de los discursos hegemónicos que tienden a estigmatizar la práctica del grafiti, la relación entre la música y las pintadas, y entrevistas a reconocidos artistas bogotanos como Luis Keshava Liévano, quien lleva más de 35 años expresando sentires en los muros de la capital.
Durante la jornada del lanzamiento, el grafitero Luis Keshava Liévano realizó una breve recopilación de la historia del grafiti, donde detalló que el mes de mayo del 68 fue un hecho trascendental, pues el estallido social de París durante este año dio origen a esta práctica. Una forma de arte que inició con la elaboración de carteles con mensajes para la protesta. Así mismo, explicó que la herencia del grafiti llegó a Colombia a principios de la década de los 80 ‘s por la costa pacífica con la influencia de la música del rap de Estados Unidos.
Por su parte la comunicadora bogotana Johanna Ramírez, dialogó sobre su participación en uno de los capítulos del libro, donde aborda la estigmatización del grafiti a partir del análisis del caso de Diego Felipe Becerra; un joven grafitero de 16 años que perdió su vida en el 2011, a causa de un impacto de bala de la fuerza pública de Bogotá, cuando se encontraba plasmando sus ideas en las paredes del puente de la calle 116 con avenida Boyacá.
“El grafiti es una apuesta política y social que no merece la estigmatización, ni la persecución, y lo que quise plasmar en este capítulo es una reflexión ante eso. Plasmar que es lo que nos muestran los medios desde un ejemplo particular como el asesinato del grafitero Diego Felipe Becerra, para saber qué es lo que estamos consumiendo y cómo no lo están presentando. Además, es un reconocimiento para mantener viva la obra de Diego Felipe, pero también es una apuesta para seguir reivindicando este arte”, detalló Ramírez.
Cabe destacar que, los textos que articulan Paredes que comunican vienen acompañados con fotografías que evidencian la diversidad de expresiones artísticas visibles en las calles de Bogotá. Finalmente, reconociendo que los muros se han convertido en el espacio de expresión de la ciudadanía, durante el lanzamiento se instauraron lienzos para que los asistentes pudieran plasmar sus expresiones, más de 20 jóvenes y adultos participaron de esta actividad dejando mensajes de resiliencia y protesta.
Si usted desea conocer más sobre este proyecto o adquirir el libro, puede consultar los siguientes enlaces: Paredes que comunican, Ediciones Desde Abajo
Por: Ivania Alejandra Aroca Gaona. Periodista.
Editor: Karina Porras Niño. Periodista – Editora.