Mercar en las plazas con nuestros padres, una travesía tradicional

¿Recuerdan cómo era visitar las plazas de mercado hace unas décadas con nuestras familias? Las plazas de mercado no solo han sido lugares de compra y venta de productos, sino espacios de cultura que en la actualidad se encuentra en declive, por eso los campesinos regresan con sus mercados a revivir la tradición.

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Foto: Gobernación de Cundinamarca

Recordar es vivir dicen muchas personas en nuestro país, y es una frase muy cierta. Cada vez que viajamos al pasado sentimos felicidad, tristeza, nostalgia y diferentes sentimientos que se quisieran revivir o incluso olvidar por completo. Sin embargo, en este artículo queremos recordar aquellos momentos que se compartían en familia en el momento de ir a las plazas de mercado a comprar alimentos de calidad que nos vendían nuestros campesinos.

Por lo general, nuestros abuelos, padres, tíos o aquellas personas que tomaban los roles familiares sin serlo, revisaban los estantes donde se ponían las frutas, verduras, hierbas, condimentos e inclusive carnes; esto era para saber que faltaba en las cocinas de los hogares. También siempre estaba la expresión de madres que decían “esta semana tengo ganas de garbanzos”; entonces cada siete días habían antojos diferentes que se suplían con la variedad de alimentos que traían los campesinos productores de alimentos.

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Ir a las plazas de mercado hace algunas décadas era toda una travesía llena de colores, sabores y espacios de conversación donde se compraba, pero a la misma vez se hablaba con los productores y de paso se contaba el chisme tanto de la ruralidad, como de la zona urbana de los territorios. No podía faltar nunca el canasto de mimbre o de grueso plástico de cuadros de dos tonalidades destinado para ir a mercar, y por supuesto, los niños o jóvenes que acompañaban este proceso tenían garantizado cargar el mercado, pero de paso se tomaban caldo de gallina y uno  que otro buñuelito.

Foto: things i love

Era preciso que antes de comprar un libra de tomate se hablará con el campesino y que nos contara la historia del proceso de producción y escuchar “le prometo que sale bueno, si no le gusta no me vuelve a comprar”. Ir al mercado era entrar a un nuevo mundo donde todo hablan al tiempo, se escuchan carcajadas de los comparadores y el pregonero que daba publicidad sobre sus alimentos. Los adultos discutían de política, deportes, economía y lamentablemente, sobre el conflicto armado, pero a pesar del dolor de la guerra, los pueblos siempre mantuvieron esa alegría y unión comunitaria que los identifica.

“¿Qué busca mona?”, “A la oden sumerce”, “Lleve la ñapita”, “Estoy de promoción” y “¡Qué le doy mi cielo?”, son algunas de las expresiones de nuestros vendedores y productores campesinos. En la actualidad, muchas plazas de mercado se encuentran con puestos desocupados y aunque no nos damos cuenta se ha perdido la tradición de ir a mercar con el mismo entusiasmo de antes. Hoy muchas plazas de mercado o galerías como se llaman en algunos pueblos aunque mantienen su infraestructura se observan más puestos de marcas internacionales que el puesto de caldo de gallina de doña Rosalba por ejemplo.

Hernan Rodríguez, vendedor en la Plaza de Mercado 12 de Octubre, le dijo al Campesino hace algunos años que uno de los factores de este problema era que las siguientes generaciones tanto de productores de alimentos o de las familias vendedoras ya no continuaron con esta labor. Además, los impuestos y políticas en el país han perjudicado a estos espacios y principalmente al campesino colombiano. 

Hoy un gran número de productores rurales deben vender sus productos a través de ocho intermediarios que al final del proceso no obtienen garantía económica y los consumidores compran a un valor bastante elevado.

En 2004 se fueron creando los mercados campesinos en el país, pero hasta los últimos cinco años se han implementado y el campesino llega a la ciudad con una variedad de productos alimenticios que no han tenido alteraciones  químicas y se reconocen por su calidad. Los colombianos deben apoyar a estos mercados y a los campesinos que aún tienen sus puestos en las plazas de mercado y que cada fin de semana están dispuestos a atender a la población y seguir transmitiendo a hijos e hijas esta tradición que esta debilitada.

A continuación dejamos un listado de mercados campesinos en el país que podrían visitar sis se encuentran cercanos:

Meta

– Mercados Campesinos del Meta: venta de alimentos por productores de distintos municipios; se reúnen en la ciudad de Villavicencio los sábados de 6am a 11am en el Polideportivo del barrio Virrey y la semana siguiente en el Poliderpotivo Séptima Etapa Barrio la Esperanza. Además realizaran trueque de elementos en buenas condiciones para ayudar a poblaciones vulnerables.

– Mercado Campesino en el municipio de Lejanías, este se realizará en el parque principal este domingo de 8 am a 3pm.

– Mercado campesino “Todos por el campo para un buen vivir” en Puerto Concordia; de 6am a 1pm en la Parroquia Divino Niño.

Santander

– Mercados Campesinos Agroecologicos en Bucaramanga en la dirección Calle 52A #21A -25 de 8:30am a 5pm todos los sábados.

Chocó

– Mercado de la Asociación de Productores del Medio Atrato – ASPRODEMA en Quibdó en la dirección  Barrio Yescagrande Cra 3° # 23-26 de 10am a 4pm de lunes a sábado. 

Cundinamarca

– Asociación de Productores orgánicos de la Provincia del Sumapaz – Asopromes en el Pueblito Fusagasugueño  de 7am a 1 pm el día sábado. 

Los ciudadanos de Bogotá que planean estar en la ciudad pueden visitar los mercados campesinos que están dispuestos a ofrecerles el mejor producto y la información correspondiente al proceso de producción de dichos alimentos. Estos abren cada sábado y domingo de 7 am a 4 pm, ubicados en la Plaza de los Artesanos en los predios del Parque Metropolitano Simón Bolívar; y también, en la Plaza de Mercado de la localidad de Fontibón.

Por: Daimer Fernando Losada Bermeo. Periodista.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.

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