En articulo 7 consignado en la constitución de 1991 el Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la Nación colombiana, bajo está consigna David Fernando García, doctor en Ciencias Humanas y Sociales plantea que gracias al trabajo de agrupaciones como ChocQuibTown, Curupira o Puerto Candelaria el país cuenta con un desarrollo multicultural en la industria musical.
“La diferencia más importante que encontré con la nueva música colombiana, en principio al menos, es que esta ya no dibuja un país de regiones sino uno más amplio, más diverso y mucho más rico racialmente. La nueva música colombiana fue la banda sonora de la Constitución del 91”, afirma el investigador en un artículo de Agencia de Noticias UN.
Los nuevos ritmos
Las nuevas generaciones musicales, sin duda marcan un país que sale del centro y permite reconocer la cultura y etnia de cada región. Esto muestra la riqueza cultural de sectores apartados por contextos sociales como el litoral pacífico, en especial del Chocó representado por la agrupación ChocQuibTown.
“En las canciones más famosas de los tres primeros álbumes, ChocQuibTown presenta a Colombia como un país más rural que urbano, una lectura particular en un momento en el que la dinámica demográfica es todo lo contrario, un proceso sostenido de urbanización”, expuso David Fernando. (Le puede interesar: Raizales de la salsa caleña exaltan su territorio con música):
Más allá de los contagiosos ritmos producto de la mezcla de instrumentos musicales, y que según el investigador generan una gran aceptación transformando los imaginarios de música de la población, fenómenos como ChocQuibTown convergen la idealización del pacífico y presentan un país multicultural, dándole valor a lo rural.
Para el investigador se trata de ”una lectura particular en un momento en el que la dinámica demográfica es todo lo contrario, un proceso sostenido de urbanización”. En la actualidad muchos exponentes transforman la música, este es el caso de Bomba Estéreo, Monsieur Periné y Puerto Candelaria, entre otros.
Por: Camilo Aldana – Estudiante de Comunicación Social.
Editor: Mónica Lozano. Periodista – Editora.