Arquitectura y oración

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La arquitectura de la mayoría de los templos parroquiales de nuestros pueblos es vista como atractivo turístico. Pocos saben que el modo en que fueron construidos tiene un significado que invita a la oración.

Interior del Santuario de Las Lajas (Ipiales, Nariño)Por Luis David Parrado Traslaviña

La gran mayoría de los templos parroquiales colombianos fueron construidos en los años en que nuestro país empezaba a conformarse. Suelen conocerse como “templos antiguos”, fueron construidos en distintas épocas y su arquitectura es un ejemplo de la devoción de aquellas personas o, como se diría popularmente: “para Dios lo mejor”.  Algunos de ellos, por ejemplo, la basílica de Nuestra Señora del Rosario (Chiquinquirá, Boyacá), el santuario de Nuestra Señora de Las Lajas (Ipiales, Nariño), la basílica del Señor de los Milagros (Buga, Valle), la iglesia de San Pedro Claver (Cartagena) yel santuario de Monserrate (Bogotá), por mencionar algunos, conservan una arquitectura tan fina que, a pesar de la evolución de nuestra sociedad, han logrado sobrevivir a los cambios de esta, destacándose por su belleza singular.

Estas joyas arquitectónicas (arquitectura: arte de la construcción) suelen ser destinos predilectos de turistas que, impresionados por su majestuosidad, logran apreciar la perfección en cada pieza colocada: la enorme precisión de las cúpulas, columnas, baldaquinos, retablos… Definitivamente estos templos tienen la enorme capacidad de atraer al que sea, independiente de que profese la fe católica o no.

Pero pocos suelen preguntarse el porqué de esta arquitectura. Empecemos por la estructura en sí misma:

La planta (el piso) de la mayoría de estos templos suele asemejarse a una cruz latina (la misma cruz con la que nos damos la bendición), hecho que permite que el altar sea el centro de toda la construcción. Las columnas de estos templos suelen terminar en arcos imponentes, cuyo significado radica en que el ser humano no puede olvidar su condición de ser creado; en otras palabras, el ser humano, al mirar hacia arriba, no debe olvidar que Dios es nuestro Padre y que siempre está pendiente de nosotros.

Basílica del Señor de los Milagros (Buga, Valle)

Ya hablamos un poco del interior de estos templos. Ahora observemos su parte externa: la mayoría de estos templos, si bien son majestuosos arquitectónicamente, suelen ser bastantes sobrios. Basta con fijar la mirada a las fachadas, la cuales nos dan a entender que Dios no se fija en nuestras acciones, por más imponentes que sean, sino que le basta con que presentemos nuestro corazón tal y como es.

Podríamos quedarnos en explicar cada detalle de esta fascinante arquitectura, pero no bastarían las palabras para ello. Basta que tengamos presente que, como se diría coloquialmente, la arquitectura misma no es de gratis. Por eso, cuando entres a un templo de estas características, fíjate en cada detalle y recuerda que, si bien no somos nada ante el Señor, su Amor infinito lo conduce a amarnos como a sus hijos predilecto.

La arquitectura de estos templos es un mismísimo regalo del Señor, y este artículo pretende brindar una pequeña ayuda para comprender un poco más el porqué de estos templos. Depende de cada persona si quiere (y si tiene la inmensa fortuna de estar cerca de un templo de estas características) aprovechar este tipo de arquitectura para crecer en maneras de orar o, por el contrario (lo cual no es condenable), apreciar tan hermoso regalo simplemente como un objeto turístico.

 

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