Garagoa, ejemplo en Colombia de un sistema agroalimentario sostenible

A pesar de que Colombia es el cuarto país de América Latina con más tierras disponibles para la producción agrícola y con las características geográficas privilegiadas para perfilarse como una gran despensa de la región, tiene 3,4 millones de personas subalimentadas y es importador de alimentos, muchos de ellos de la canasta básica.

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Foto: FAO.

Apostar a sistemas agroalimentarios sostenibles e inclusivos es la clave para aliviar este panorama. Sistemas en los que los eslabones de la cadena que influyen para que un alimento llegue del campo a la mesa, privilegie la vinculación de agricultores familiares como proveedores de alimentos, prácticas de cultivo agroecológicas (ambientalmente sostenibles), sean resilientes y capaces de enfrentar situaciones extremas como los efectos climáticos, brinden una oferta estable, diversa, inocua y de calidad de alimentos para todos, incluyendo a las poblaciones más vulnerables y ante todo garanticen la seguridad alimentaria y nutricional.

En especial, potenciar el papel de la agricultura familiar es clave (aquella producción agrícola gestionada y dirigida por una familia y que en su mayor parte depende la mano de obra familiar), considerando la importancia social y económica que este sector de la población tiene en la sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios como pilares de la oferta de alimentos frescos, la conservación de los productos alimentarios tradicionales, la protección de la biodiversidad agrícola y el uso sostenible de los recursos naturales. Su aporte al campo colombiano representa más del 75% de las unidades de producción, genera el 57% del empleo rural y aporta más del 60% de los alimentos a las economías locales. 

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Foto: FAO.

Bajo dichos conceptos, en el municipio de Garagoa, Boyacá, desde el 2016, el programa Mesoamérica sin Hambre y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura – FAO en estrecha articulación con la Alcaldía Municipal de Garagoa, la Unidad Administrativa Especial de Organizaciones Solidarias, la Corporación Lexcom, entre otros aliados, han desarrollado un plan de intervención en el territorio como un caso piloto en el país.

Una de las acciones centrales de esta apuesta ha sido fortalecer los procesos organizativos de la agricultura familiar, a la cual están vinculados actualmente 130 productores garagoenses, buscando su inclusión a mercados locales, así como también conectando su producción con los programas públicos que demandan alimentos, un mercado conformado por las escuelas, hospitales, asilos, prisiones y otras instituciones que necesariamente deben proporcionar bienes y servicios a las personas y que en el año 2017 en tan sólo tres entidades y programas gubernamentales (El ICBF, la Unidad Nacional de Servicios del Sistema Penitenciario – UNSPEC y el Programa de Alimentación Escolar – PAE) adquirieron $ COL 2.5 billones en alimentos en Colombia.

Particularmente, en el municipio de Garagoa el mercado institucional está integrado por 5 actores: el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), el Hospital de segundo nivel del Valle de Tenza, la Alcaldía de Garagoa, el CBA Juan XXIII (para adultos mayores) y Comfaboy (para jardines sociales). Estas demandan aproximadamente 22,86 toneladas mensuales de alimentos cultivados por la Agricultura Familiar e invierten para ello más de 98 millones de pesos.

Foto: FAO.

Varios encuentros de compras locales en alianza con el ICBF, Organizaciones Solidarias y la Gobernación de Boyacá, se han desarrollado para incentivar la participación de los agricultores familiares en este tipo de mercados y hoy ya se han formalizado 7 acuerdos comerciales con 7 operadores de los programas institucionales de alimentación tanto de Garagoa como de otras zonas aledañas para la compra de hortalizas, tubérculos, productos de aseo y lácteos.

De la misma manera el acceso de estos agricultores a mercados locales privados no se ha quedado atrás. En un sondeo realizado con los productores en el año 2017 se pudo estimar que habían realizado ventas por más de 200 millones pesos en respuesta a diversas actividades de comercialización realizadas y el fortalecimiento organizativo que desde el 2016 hasta hoy se viene realizando en procesos de divulgación, promoción, negociación, venta y establecimiento de acuerdos comerciales.

Un esfuerzo que hoy también se materializó con la inauguración de la Placita Campesina el pasado viernes, 8 de agosto. Un espacio de comercialización al interior de la Plaza de Mercado municipal pensado para reducir la intermediación y llevar la oferta de los agricultores familiares garagoenses y sus organizaciones directamente a los consumidores locales, pues de las 10 toneladas de alimentos que abastecen semanalmente la plaza de mercado del municipio, la mayoría provienen de Bogotá, algunos del Casanare y en menor medida de otros municipios de Boyacá (panorama que se repite en muchos municipios de Colombia).

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Foto: FAO.

Todo esto ha sido antecedido por un proceso de fortalecimiento de capacidades con los productores y las organizaciones, impulsando su rol en la seguridad alimentaria y nutricional (SAN), así como sus iniciativas productivas mediante la construcción de planes de negocios, el fortalecimiento de la asociatividad y la comercialización y la promoción de buenas prácticas agrícolas y de resiliencia ante el cambio climático. Una puesta que desde el 2016 ha contado con el compromiso decidido de la Alcaldía de Garagoa, quienes al día de hoy han sumado más de 40 mil dólares de inversión en este proceso.

A estas iniciativas se suman procesos de incidencia política en los que la FAO y el Programa Mesoamérica sin Hambre han apoyado a la Alcaldía de Garagoa para el diseño de la Política Pública de Seguridad Alimentaria y Nutricional, hoy aprobada. Un plan a 10 años que propone, entre otros, establecer un sistema de información que permita a las autoridades locales tomar decisiones en lo que concierne a la SAN, fortalecer la agricultura familiar y consolidar un Comité Interinstitucional de Seguridad Alimentaria y Nutricional.

Así, Garagoa se está consolidando como ejemplo para Colombia de un sistema agroalimentario sostenible. Con agricultores familiares empoderados de la seguridad alimentaria y nutricional, con proyectos productivos sostenibles y resilientes capaces de generar ingresos y empleo para las familias más vulnerables, involucrados en mercados locales tanto privados como públicos, capaces de abastecer la demanda con una oferta de alimentos frescos, propios de la región y derivados de una producción limpia. A lo que se adhiere una institucionalidad consciente y comprometida apostando a este círculo virtuoso en el que ganan las familias campesinas, las comunidades y se impulsa el desarrollo económico local.

Por: Mónica Castaño Carvajal. Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura.
Editor: Lina María Serna. Periodista – Editora.

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