La tierra está cubierta por la atmosfera, la capa de aire que sentimos cuando sopla el viento. Esta a su vez, está compuesta por varios gases, los más abundantes son nitrógeno y oxígeno, esenciales para la vida.

El nitrógeno favorece el crecimiento de las plantas, y muchas de ellas, como las leguminosas, tienen en sus raíces bacterias que lo fijan al suelo para poder aprovecharlo. La lluvia también fija el nitrógeno y por eso, las plantas reverdecen después de los aguaceros.

El oxígeno liberado por las plantas es básico para nuestra existencia, pues nos permite respirar.

Para comprender lo frágil que es la atmosfera, imaginemos nuestro planeta como un balón de futbol rodeado completamente por una tela de araña, así de delicada es una capa de aire que compartimos con los demás seres vivos.

Esto nos hace responsables de ella. Al llenarla de humo de polvo o de venenos, no sólo atentamos contra nuestra propia salud, sino contra la salud de los demás. Le puede interesar: Las Cartas del Campo: Campesinos quieren comercializar cultivo de sábila

¿Por qué el cielo se ve azul?

Porque el aire y las partículas de la atmosfera actúan como un lente que dispersa los rayos de la luz del sol, de los cuales percibimos el azul. Cuando amanece y atardece, vemos los tonos naranjas y violetas que llamamos “arreboles”.

Por: Lucero Alfonso Mendoza. Reportera Rural de Garagoa, Boyacá.

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